Lo plantó Magdalena hace dos años. Dio frutos enseguida que no eran riquísimos como tomates pero son hermosos en la planta y la mermelada con manzana salió riquísima (son las fotos de mi libro). Pero el año pasado, podando el fresno, mi ex le arrancó media copa. Siguió creciendo igual. Pero ahora, los mierdas de los vecinos, sacando el fresno sin mi consentimiento pero entongados contra el árbol con la dueña de mi casa, lo hicieron pelota con frutos que no llegaron a ponerse rojos. Quedó un palito no más pero yo sabía que no estaba muerto. Así que acá vamos,mi tomate chino y yo, hacia la próxima temporada.
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