Bio-bibliografía
Almudena Vidorreta Torres (Zaragoza, 1986) estudia Filología Hispánica. Ha aparecido en las antologías El viento dormido. Nuevos prosistas en aragón (Eclipsados, 2006) y Ocultación Transitoria (Rolde, 2006). Su primera plaquette de poesía es Tintación (Eclipsados, 2006). Codirige la revista literaria Eclipse. Ha obtenido varios premios literarios de narrativa y poesía. Parte de su tiempo libre lo dedica al teatro.
Poética
Cometo un crimen metafórico
y dejo que el papel empape la sangre.
La mejor manera de arreglar el mundo
es tomarme la justicia por mi mano
y hacer un poema punitivo
contra esta humanidad que tanto duele.
Quiero que mi justicia poética
les haga gritar en silencio.
(Tintación, Editorial Eclipsados, 2006)
Poemas
Me ponías demasiado nerviosa
cuando te daba por gritar sin tregua
pero también cuando te empecinabas
con ideas de niño marisabio.
Al principio callaba y asumía
mi papel de mujer conformada
porque luchar con tu forma de ser
no nos llevaría a ninguna parte.
Yo te contaba mis felicidades
confiando en tu juicio sabelotodo,
pero pronto tu fracaso eclipsaba
cada uno de mis pequeños triunfos.
Pasé a velocidad adolescente
a no escuchar tus juicios matemáticos...
si sólo tus problemas importaban
iba camino de convertirme en nadie.
Ahora, cuando pienso en todo esto,
una primavera de mimos después
teniéndote bien lejos de mi vida,
viviendo mi tiempo a su ritmo justo,
ahora comprendo y defenderé
que tienes poco que ver con la velocidad
(y tómate tu tiempo en comprenderlo).
A veces, cuando estoy sola y bostezo,
no me tapo la boca con la mano
en señal de valiente atrevimiento
para que todo el mundo se dé cuenta
de que soy una mujer muy rebelde.
A veces, cuando nadie puede verme,
soy una sinvergüenza sin límites.
(Tintación, Editorial Eclipsados, 2006)
Soy una mujer polivalente y puedes medirme en letras.
De cien a doscientos versos de mi carne
esparcidos en papel cuadriculado a tinta verde.
Puedes medirme en letras como briznas de hierba
sutilmente pisadas como mi nombre a lápiz
y así, después, puedes quemarme o borrarme,
puedes fumarte mi importancia y olvidarme…
Ya lo has hecho, y hoy me das un verso a cambio
y yo me convierto en aire que no respiras por estar condensado,
soy aire al que renuncias para que pueda escribirte.
De manera que puedes, puedes medirme en letras.
Permití que me escribieras para después borrarme.
Si soy una mujer polivalente, ¿por qué no puedes usarme ahora?
De cien a doscientos litros de tinta verde, condensada,
exprimiéndome la carne para que salgas, expulsarte
y ganar así unos versos con los que midas
la hierba que pisaste, las letras de mi nombre borrado por ti.
(Tintación, Editorial Eclipsados, 2006)
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