José Amícola, el regreso

Hace dos años, sí ya dos años, cuando leí por primera vez én público un trabajo sobre mi hipótesis sobre el camino (o el no-camino) de la heroína, en el Congreso de Literatura y Género organizado por los Estudios de Género de la UBA, quedé fascinada con la gente, con los temas, con el debate, con la idea de todo lo que tenia ganas de leer y de seguir investigando sobre el tema.
Un señor se me acercó, me dijo su nombre y su apellido, me dio su tarjeta, me dijo que le había interesado lo que leí y que él tenía trabajos cercanos al tema. Me pareció bárbaro pero me olvidé. En la vorágine de cosas que es mi vida siempre me quedan esos recodos donde digo: Sí, voy a buscar tal cosa o Voy a hacer tan otra. Y la cabeza y los pies se me van para otro lado y queda como tapado por la ola.
Bueno, resulta que este año vuelvo al mismo espacio y a leer un nuevo trabajo (que aún está en horno) sobre el mismo tema. Y desde no sé dónde se me aparece este señor de nuevo, no sé dónde tendré la tarjeta, pero me avivé que es profesor en La Plata, que organiza jornadas similares allá a las que no puedo ir porque se me superponen (me llegó la circular organizativa por correo) y además me lo encuentro en los estantes de la librería de San Miguel cuando ando buscando cualquier otra cosa.
No creo que don Amícola lea esto, pero esta vez, si lo veo, espero poder decirle que entendí el mensaje: Que es hora de que me ocupe de lo importante además de de los urgente.
(Y que me voy a comprar sus libros antes de noviembre, fecha del Congreso).