Dicen que la memoria selecciona y perfecciona la experiencia (para bien o para mal). Anoche, además de nosotros, tocaron en Il Amichi dos bandas de pendejos entre los 20 y los 25 que hacían cover en inglés y en castellano de la época en que yo iba al cole. Estallé. Hace siglos que los oídos no me zumbaban de ese modo típico causado del volumen de la música y hace años que no tenía que gritarle en el oído a la persona que tenía al lado para que me escuchara.
Me amo bailado en el fondo: "Cleopatra, la reina del Nilo", "Persiana Americana", "Lunes por la madrugada", entre otros hits enganchados maravillosamente con la voz de mi profe de canto que la rompe mil veces.
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