Resulta que no canto mal, que afino, que hasta lo hago lindo.
Fui a mi entrevista para taller de canto y la profe, divina, me tocó un par de notas en el teclado y yo tenía que repetirlas con la voz y lo hice, Y llevé preparadas las pistas y letras de Pedro canoero y Sábana y mantel y canté la primera y me dijo qué linda canción y qué triste y a ésta ya la tenés rebien y puedo empezar el taller el martes que viene.
Una felicidad enorme descubrir que sale algo de mí, que tengo tantas ganas de hacerlo, que es tan distinto cantar sobre un intérprete u otro, que hay canciones que amo y quiero hacerlas a mi manera, que me reveo teatralmente sobre un escenario o frente a un espejo o en la reunión de los 50 años de mis amigas haciendo mi propio repertorio. Je.
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