miércoles, 4 de noviembre de 2020

Erotismo doméstico

 Es un sueño, no flasheen. No voy a decir el nombre de la persona que venía a ¿la casa de mi vieja de Giribone? donde yo estaba porque se había juntado toda mi familia porque ese día mi mamá recibía ¿como herencia? ¿firmaba la escritura? de unos terrenos (?????). La cosa es que yo recibía a esta persona (solo diré que es alguien muy concreto, que nunca vi en persona culpa de la cuarentena pero que conozco en la realidad, que no tengo idea de por qué me pintó erotismo ahí pero sospecho que en el mismo sueño, como vereis, se iba despertando ese deseo a causa de la cotidianeidad), digo, yo recibía a esta persona sorpresivamente, porque pandemia no deberíamos vernos en persona, medio en camisón, a medio vestir, en un ambiente que era como una terraza compartida y muy amueblada tipo la que estuve en pensión de Sevilla (más cerrada), que tenía como mantas en el suelo por las que gateábamos y había al lado un espacio tipo cocina pero que era del vecino. 

Mis ¿hermanites? ¿sobrinites?¿perros? ¿gatos? (me acuerdo de esta persona tratando de que unos gatitos diminutos, bebés pero también tipo de juguete, no se cayeran por el borde del tejado) interrumpian todo el tiempo corriendo, jugando, tirando cosas. Me acuerdo de mi hermana Florencia, con su aspecto actual, entrando en este "fondo" con una copa de champan en la mano y explicándome por qué brindábamos, cosa que a mí me importaba una teta.

En un momento yo le decía a mi visitante que tuviera paciencia, que me perdonara el kilombo pero parecía muy divertide y me decía que no pasaba nada. Seguíamos hablando de música, de historias de vida y del flamenco, hasta que yo sentía que tenía que decidir si buscaba un beso o dejaba que viniera de su parte. Me encanta todavía sentir esa tensión que hace rato no siento.

Al final, yo decidía cerrar la puerta para que no circulara más gente y nos poníamos a limpiar el piso entre trapos medio juntando migas y pochoclos o pepas en cuatro patas. Era muy cachonda la situación. Veo todavía todo el tiempo su cara sonriente y divertida. Y me desperté: demasiado pronto pero contenta.

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...