Por Ignacio Molina
20 de agosto de 2014
Tips para trabajadores freelance (I)
Salí a caminar.
Tu cerebro siempre es el mismo pero funciona de maneras diferentes de acuerdo a lo que estés haciendo: cuando caminás por la calle pensás de un modo muy distinto a cuando estás mirando televisión o a cuando estás escribiendo o a cuando estás tirado en la cama o a cuando te duchás. En cada una de esas ocasiones tu mente se maneja con un particular grado de perspectiva y proyección sobre los objetos de pensamiento.
Cuando caminás por la calle, por ejemplo, pensás en tus asuntos, proyectos y problemas desde una visión más a largo plazo y desde una perspectiva más amplia (como si los estuvieras viendo desde la terraza de un edificio) que en otros momentos del día. (Esto es fácilmente comprobable en la interacción entre dos cerebros: una pareja no conversa de la misma manera cuando está en la cama que cuando está comiendo en su casa que cuando está comiendo en un restaurante que cuando está paseando por la calle, etc. En cada uno de esos momentos cambia la temática de las conversaciones y el tono y el registro de las voces.)
Por todo esto, es fundamental que, aunque no tengas necesidad práctica de hacerlo, al menos un par de veces por día salgas a la calle a dar una vuelta de diez o quince minutos para charlar con vos mismo, organizar las ideas y los planes y ampliar la perspectiva de tus pensamientos.
Tu cerebro siempre es el mismo pero funciona de maneras diferentes de acuerdo a lo que estés haciendo: cuando caminás por la calle pensás de un modo muy distinto a cuando estás mirando televisión o a cuando estás escribiendo o a cuando estás tirado en la cama o a cuando te duchás. En cada una de esas ocasiones tu mente se maneja con un particular grado de perspectiva y proyección sobre los objetos de pensamiento.
Cuando caminás por la calle, por ejemplo, pensás en tus asuntos, proyectos y problemas desde una visión más a largo plazo y desde una perspectiva más amplia (como si los estuvieras viendo desde la terraza de un edificio) que en otros momentos del día. (Esto es fácilmente comprobable en la interacción entre dos cerebros: una pareja no conversa de la misma manera cuando está en la cama que cuando está comiendo en su casa que cuando está comiendo en un restaurante que cuando está paseando por la calle, etc. En cada uno de esos momentos cambia la temática de las conversaciones y el tono y el registro de las voces.)
Por todo esto, es fundamental que, aunque no tengas necesidad práctica de hacerlo, al menos un par de veces por día salgas a la calle a dar una vuelta de diez o quince minutos para charlar con vos mismo, organizar las ideas y los planes y ampliar la perspectiva de tus pensamientos.
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