Me acordé de un par de episodios infantojuveniles:
Cuando me compré, tipo a los 15, con mi propio dinero, guillerminas "de nena" en vez de los mocasines que mi vieja me elegía para podérselos pasar a mis hermanos, y zoquetes blancos con puntillas que nunca había tenido en mi vida (Mi madre espantada por mi "infantilismo" y mi deseo de "nena clásica")
Cuando me fui de mi casa a los 19 y me llevé todas mis peponas y las colgué en las paredes de mi monoambiente (la de patas largas, la de sombrero rojo, la amarilla de la panza al aire)
Cuando a los 8 años, justo para la foto del dni, mi mamá me hizo cortar el pelo "a la garcon". Ella muy contenta con su avance francés, muy deconstruyendo mi identidad de género (no son sus palabras) pero me quedaba horrible y yo no quería parecer un "varoncito".
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