miércoles, 19 de agosto de 2015
La vida de Osharu
Me gustó. Sabemos qué complicadas son las vidas de mujeres, más en siglos pasados, más en Oriente. Me gustó cómo empieza con ella mendiga y cómo va contando sus posibilidades de casarse o no, su amor fuera de su clase social, la venta de su padre para ser concubina, el hijo parido y dejado por obligación, visto a lo lejos, lejano para siempre. La sensación de que todo era inevitable, que ella no podía, en ningún caso, manejar su vida, ser dueña de sí.
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Lunes por la madrugada...
Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...
que sonríe cómplice de amor...
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