Cuando me pidió que le llevara la bici a arreglar porque él arrancó trabajo nuevo, de ocho horas, de repositor en Día, me dio paja pero acepté porque me gusta que me cuente qué necesita y en qué anda. Pero después disfruté mucho ir seis cuadras con la bici en la mano aunque no me animara a pedalear. Estaba cerrada, chusmié con las vecinas, volví hoy con fotos y video y seguía cerrada.
Cuando Rafa volvió hoy a las 4 de la tarde y me dijo si iba a otra bicicletería sobre Gaspar Campos a 12 cuadras. Me dio de decirle que no, que caminando ni en pedo que hoy ya había salido dos veces (qué peresoza!!!!). Por hacerme la buena le ofrecí ir con el auto, total no se puede porque la bici no entra. Resulta que se podía sacar la rueda y llevarla sola. Ufa sacar el auto y manejar por Gaspar Campos. Pero apenas lo arranqué sentí que me volvía un poder que yo solía tener todos los días para salir a laburar. Fui el chico de la bicicletería es macanudo y presupuesto mucho más barato que anterior de Rafael, y su mamá en la caja contándome de sus cuatro hijes y sus nietes, y va a estar lista dentro de una hora (Rafa me decía que con suerte estaría para el jueves). Así que volví a casa exitosa, dejeé el auto, le conté mi aventura a Rafa, volví a salir al rato, paré a comprar queso, pagué y retiré rueda. Casi me dan ganas de volver a andar en bici y seguro, de lavar el auto.
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