Todes necesitamos deconstuir nuestros roles asignados por el patriarcado. Yo lucho contra esa idea de madre protectora, preocupona, volcada hacia el cuidado (y el encierro) de cuerpas a cargo. Me encantaría recuperar la fiesta de la reproducción, que la figura materna fuera seguridad y aceptación, plenitud y alegría. Me digo todo el tiempo: Nadie está en peligro, nadie te necesita, no hay nada urgente que tengas que atender, nadie morirá si dejás de pensar en elles. Difícil lo mío. Qué poder tienen los mandatos represivos.
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