Dice en feis Cecilia Eudave
En medio del trabajo desbordado de enero, también estoy desalojando los libros de un viejo librero porque mandé a hacer otro. Me he encontrado, mientras los despejo del polvo, con dedicatorias entrañables. Aquí les comparto dos del poeta Elíseo Diego que conocí porque era destino encontrarnos. La anécdota es curiosa, cuando la Fil de Guadalajara no era tan inmensa, los recién graduados de Letras eran afitriones de un invitado. Yo era joven, no tenía auto por aquel entonces, y llegué tarde a la reunión donde escogías a quien querías acompañar y auxiliar en la feria. Ya habían asignado a los autores, solo quedaba Eliseo Diego, “es cubano y poeta, lo conoces?” No, contesté, pero lo leeré y conoceré. Lo que siguió fue una linda historia. Solo al vernos nos caímos bien, pasé una feria inolvidable escuchándolo y divirtiéndonos. Al año siguiente le dan el premio Juan Rulfo y de la noche a la mañana ya todos lo conocían. Me alegré mucho por él, gran poeta, gran persona. Me llamaron de la feria porque “a Elíseo Diego le gustaría que Cecilia volviera a ser su anfitriona”. El invitado estelar está rodeado de otros anfitriones pero participé en su video homenaje y nos encontramos varias veces antes del premio en la Ciudad de México. Sí, hay encuentros breves e intensos que te marcan toda tu vida.
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