Fue el 30 de diciembre a las 4.12 de la madrugada. Yo estuve viendo por la tele el debate y envenenándome con razonamientos pedorros desde las 16 del día anterior. Nunca pongo noticieros así que mis indignaciones iban en alza. En medio de la sesión de senadores, en diputados se aprobó un ajuste a los jubilados y la CFK se adjudicó doble pensión de privilegios por viuda y conchuda y no sé qué más. Mi cerebrito maligno arruinaba la alegría del logro de lucha tan histórica con reflexiones sobre la conveniencia de políticos oportunistas.
Magda y Euge estaban en la vigilia de José C. Paz. A la una y pico de la mañana puse el despertador y me dormí. Sonó a las 16.30, hora prevista para finalización de exposiciones de senadores, y cuando prendí la tele ya teníamos ley. Geniales los recuentos y paralelos con otras leyes que cambiaron nuestras vidas.
Se está cayendo.
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