Tomado del blog de Eterna Cadencia
El escritor comido, Sergio Bizzio
(Ed. Mansalva, 222 págs., $ 53.-)
“Mauro Saupol (Río de Janeiro, 1956) había nacido y crecido en la pobreza y era un escritor inmensamente rico y famoso cuando decidió hacerse pasar por muerto. ¿Para qué? Para ver qué se decía de él. Todo lo demás ya lo tenía. La idea, que a primera vista puede parecer estúpida (ya se verá que no, o que sí, y también por qué, en cualquiera de los dos casos), es un cóctel que se prepara en silencio con una parte de broma, dos partes de publicidad y tres de vanidad: nada del otro mundo; pero hay que tener mucho valor para llevarse una copa como ésa a los labios. Saupol lo tuvo”.
Una idea genial, Inés Acevedo
(Ed. Mansalva, 108 págs., $ 42.-)
Una idea genial es la elaboración postmoderna de una novela familiar rural, la fabulación de un linaje de inventores -el padre pronostica el tiempo, la madre es precursora de la huerta orgánica- que cultiva el desprecio aristocrático del dinero y transmite el valor de la cultura en nombre de un lejano bisabuelo escritor. Una autobiografía precoz, cuando es como Una idea genial, inteligente y completa, sólo puede ser la autobiografía de cómo uno se hizo lector y escritor en condiciones adversas para esa vocación.
Entrerrianos, Damián Ríos
(Ed. Mansalva, 125 págs., $42.-)
El trayeco desde Entre Ríos a Buenos Aires es uno de los grandes desvíos de la literatura argentina -Juanele, Zelarayán, Durand, Ríos. ¿Cuánto influye el pasaje de ese corto viaje de la escritura?
Larga payada hecha de digresiones y de afectos, Enterrianos es un libro de amor. Porque hay uno que escribe, otra que lee y una historia que termina bien. Las frases de esta novela primero formaron cartas, que fueron echadas por debajo de la puerta de la chica, y no esperaban respuesta; después se transformaron en capítulos, y con el título de Habrá que poner la luz simularon ser una novela que circuló entre algunos amigos a fines del siglo pasado bajo el sello Ediciones del Diego. Eloísa Cartonera las rescató e hizo una versión en 2003. La novela se fue desprendiendo de esos capítulos que pasaron a integrar libros de poemas y también antologías varias y de a poco volvieron a ser cartas y por último nuevamente frases. Ahora Mansalva vuelve a recopilarlas, agrega fragmentos inéditos, desdeña partes completas, tacha, prosifica versos, suma personajes, integra, reordena y bajo el título de Entrerrianos vuelve a simular una novela. Esta es la historia de unas frases entonadas para seducir.
3 comentarios:
Sólo leí el de Damián Rios (aunque en versión pre edición) y te lo recomiendo completamente.
Saludos.
Dice por ahí que la novela se fue formando raramente no?
ahí ya no sé.
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