Volvés a tu casa cansado y mojado (en el rubro de la limpieza de piletas no hace fala haberte caído a una de ellas para mojarte bastante), algo de dolor de garganta y las manos que no saben si achicharrarse por el agua o por el cloro, rojas por el sol, y tu hijo del medio, autor del hit "Asado sin lechuga" y hoy dedicado más bien al dibujo con lápices acuarelables, te dice:
-Para mí la silla eléctrica es algo raro. Si matás a alguien, y te mandan a la silla eléctrica, el que aprieta el botón después también tiene que ir, porque él mató. Y después también el otro que viene y el otro y el otro y el otro. Es raro.
-...
-...
-¿Qué estás dibujando?
-Una casa.
-Qué bien.
-Sí. Adentro está la abuela, ¿ves? Ayer vino a comer y nos contó todo de la silla eléctrica.
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