Dice en feis Julián López R
1 hora · Buenos Aires ·
Querida diosa, vengo a este santuario, pletórico de humildad, hincado, tan solo por agradecimiento y admiración. Las cosas que inventaste me resultan en general vulgares y la gente, sobre todo, tan ordinaria. Pero la lechuga arrepollada o capuchina me conmueve; parece tonta ahí, de culo en los cajones de la verdulería, pero qué textura. Qué carne deliciosa que sacia y a la vez quita la sed y hasta cruje crocante como una papa frita de paquete. Esas celdillas minúsculas, surcadas de venas aún un poco más tonantes, que llenan la boca de un verde suave y el corazón de maravilla. Qué logro de tu creación, diosa, cómo te admiro.
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