Dice en feis Felix Bruzzone
Esta vez, muy camuflada por el barro y el moho, una ojota verde.
-¿Qué hacés acá, ojota?
La ojota no habla. Está dormida, o muerta. Se la ve muy maltratada.
-¿Hace cuánto que estás acá? ¿Y tu compañera?
La goma de la ojota parece atacada no solo por la tierra y el moho, se ve que antes estuvo bajo el sol, hábil destructor de todo tipo de goma, que la decoloró y dejó huellas profundas en su piel, como pozos. ¿O fueron los insectos? ¿Qué animales comen goma, además de los perros de jardín?
-Habría que hidratarte, ojota. Te voy a llevar a casa.
La enjuago mientras el barrefondo anda casi solo, a esta altura...
Sin embargo, no sé si habría forma de devolverle a la ojota su verde, tan apagado ya. No sé si el daño no será irreparable. ¿Cómo se hace con lo irreparable? ¿Se intenta reparar o se deja así?
Cuando termino de limpiar medito un poco y decido llevarle la ojota a mi clienta. La marciana quizá sepa más del tema porque allá en Marte puede que tengan soluciones y respuestas para todo.
Pero la experiencia de la marciana en esto no parece muy espectacular. Agradece el hallazgo de la ojota y sonríe. Siempre sonríe, ahora que me acuerdo. ¿Es un tic? ¿Es una artista de la sonrisa? ¿Me usa de espejo para ver mi respuesta a su sonrisa?
-¿Cómo quedó la pileta? -pregunta-, estaba horrible, ¿no? -agita la ojota, sacudiendo las últimas gotas que le quedan.
-Bien, bien. ¿Tenés la otra ojota?
-No creo, debe estar pora ahí, donde encontraste esta. ¿No la viste por ahí? Andá a saber quién se la olvidó -se ríe. -Igual para algo me va a servir, tranquilo.
-Ok, bueno. Y sí, la pileta quedó bien. Llamame más seguido así no empeora.
-Obvio, y ahora con el dengue ni hablar, más vale que la tenga bien limpia.
-El dengue, claro.
La ojota abre los ojos y me mira. No entiendo si me pide ayuda o me agradece. Algo bueno por ella hice. No creo que te usen más, por ejemplo. No creo que vayan a volver a pisarte. Y te salvás de los insectos comedores de goma. Quizá ahora pases a servir para darle correctivos al perro. No está tan mal, ¿no? Yo limpio piletas y la zafo. Una nueva vida, ojota. ¿O te gustaba ser planta? Después contame.
-¿Qué hacés acá, ojota?
La ojota no habla. Está dormida, o muerta. Se la ve muy maltratada.
-¿Hace cuánto que estás acá? ¿Y tu compañera?
La goma de la ojota parece atacada no solo por la tierra y el moho, se ve que antes estuvo bajo el sol, hábil destructor de todo tipo de goma, que la decoloró y dejó huellas profundas en su piel, como pozos. ¿O fueron los insectos? ¿Qué animales comen goma, además de los perros de jardín?
-Habría que hidratarte, ojota. Te voy a llevar a casa.
La enjuago mientras el barrefondo anda casi solo, a esta altura...
Sin embargo, no sé si habría forma de devolverle a la ojota su verde, tan apagado ya. No sé si el daño no será irreparable. ¿Cómo se hace con lo irreparable? ¿Se intenta reparar o se deja así?
Cuando termino de limpiar medito un poco y decido llevarle la ojota a mi clienta. La marciana quizá sepa más del tema porque allá en Marte puede que tengan soluciones y respuestas para todo.
Pero la experiencia de la marciana en esto no parece muy espectacular. Agradece el hallazgo de la ojota y sonríe. Siempre sonríe, ahora que me acuerdo. ¿Es un tic? ¿Es una artista de la sonrisa? ¿Me usa de espejo para ver mi respuesta a su sonrisa?
-¿Cómo quedó la pileta? -pregunta-, estaba horrible, ¿no? -agita la ojota, sacudiendo las últimas gotas que le quedan.
-Bien, bien. ¿Tenés la otra ojota?
-No creo, debe estar pora ahí, donde encontraste esta. ¿No la viste por ahí? Andá a saber quién se la olvidó -se ríe. -Igual para algo me va a servir, tranquilo.
-Ok, bueno. Y sí, la pileta quedó bien. Llamame más seguido así no empeora.
-Obvio, y ahora con el dengue ni hablar, más vale que la tenga bien limpia.
-El dengue, claro.
La ojota abre los ojos y me mira. No entiendo si me pide ayuda o me agradece. Algo bueno por ella hice. No creo que te usen más, por ejemplo. No creo que vayan a volver a pisarte. Y te salvás de los insectos comedores de goma. Quizá ahora pases a servir para darle correctivos al perro. No está tan mal, ¿no? Yo limpio piletas y la zafo. Una nueva vida, ojota. ¿O te gustaba ser planta? Después contame.
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