Estuviste bien. A veces estuve mal. Descubrí que puedo cambiar de humor, ver toda mi vida completamente distinta, en un minuto y medio (Antes podía ser en veinte minutos o media hora).
Como todos los años viejos me da pena que termines, por eso de "nos vamos poniendo viejos" y por extrañar a mi mamá y a Martu que se pierden todo lo que está bueno en la vida. Por otro lado está bueno que termines porque mi laburo me tiene como muy loca.
Y, como siempre, lo que más me gustaría es permanecer más días, más tiempo, acá, en estos días raros, fuera de rutina, que enero sea gigante, que pueda escribir todo lo que quiero y leer y mirar el cielo y llorar si hace falta y no tener miedo de que mis hijos e hija crecen y saludar el 2014 como más de lo mismo, de lo bueno, y mejor.
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