El otro día me fastidió que alguien me dijera: "En un año a vos no te para nadie". ¿Por qué en un año? ¿Alguna vez me paró quién? ¿Yo voy sin parar hacia dónde? Pensé que estaba bueno lo de estirar un plazo de un año para ver el despliegue de mis facultades de jubilada superpoderosa pero que, en realidad, "antes" nunca estuve "parada". Cliché de la gente buena onda.
Ahora estaba titulando esta entrada que viene a "confesar" un desborde de felicidad como si fuera un gasto lujoso, innecesario, un malcrié a mí misma, un "hacerme los caprichos". Y es todo eso y además: mis premios porque me recibo, mis necesidades igual de alimenticias que la comida y mis ganas porque se me recantan las ganas y yo con mi tiempo, mi dinero y mis deudas de tarjeteo hago y siempre hice lo que se me cantó la cajeta.
La cosa es que mañana espero cuatro paquetes de ML. ¡¡¡¡Qué placer!!!! Uno NO es libros!!!! Jajaja. Y todos fueron seleccionados cuidando el dinero, NO "pagados" ahora sino mes que viene con la amiga V y usados y blablablbala. Dos bolsas de hilo de algodón semigrueso de 12 madejas cada una que mi adicción al tejido no se conforma con totora y tres selecciones de libros que ya te mostraré mañana.
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