Delfina Muschietti
Como Sylvia Plath
recién casada
a quien Sue Weller visitó en Londres
y encontró "deambulando por la casa
con la cara llena de lágrimas";
como Mariela, la chica de 15 años que vino de
Entre Ríos a trabajar con la familia
y yo encontré a las nueve de la mañana
la mano en la esponja llena de
CIF y lavandina,
lavando el baño
con la cara arrasada en lágrimas;
como yo misma cuando bajaba
los escalones del hall
del edificio de la calle
Maipú y encontré a mi hermana
que venía a visitarme y
ella me vio, herida, saliendo de la casa
apurada
con la cara arrasada en lágrimas:
y hablándome
con cierto temblor compasivo
comprendió enseguida todo el cuadro.
La tragedia de no haber
nacido para eso.
1 comentario:
Que impresionante poder de síntesis para todo un universo, ¿no?
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