Mi amiga Silvana dice que parecemos la nena de 15 y su amiga de 16 hablando de qué tema sonaba en la radio cuando entré a su auto. Pero dice que está bien, que ella todavía se acuerda de la canción de cuando besó a su noviecito.
Al mediodía, cuando me vinieron a buscar Julián y Gus para el médico, sonaban Los abuelos de la nada. Y cuando subí a ese puto auto rojo con el que trabaja: "Quiero ser el único que te muerda la boca, quiero saber que contigo la vida no va a terminar. Porque sí, porque sí, porque sí, porque mientras espero por ti me muero y no puedo seguir así."
Me gusta pensar que era su mensaje. Le doy fuerza a mi argumento pensando que no era la radio ni la casualidad sino un cd o mp no sé cuándo que él había puesto, que no era suyo, que tenía todo mezclado y él iba dejando lo que le gustaba. Se salteó después la de Miguel Mateo que empieza: "No puedo más, estoy caliente" y dejó "Bombacha veloz" (no me pidan acá interpetaciones) y un rap sobre la abuela porque yo dije que hace mil años Julián se lo cantaba a Ana. Unas cuadras más adelante apareció "Vasos vacíos". Como haciéndome la tonta, murmuré en el haciendo trasero, casi en su oído pero sin inclinarme hacia él, sin moverme siquiera, sin sonreirle en el espejo retrovisor por el que lo pesqué mirándome un par de veces: "No te preocupes, mi amor, que yo te voy a entender, que yo te voy a querer."
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