"En un par de ocasiones intentó arrinconarme, besarme, toquetearme, me dijo que mi marido nunca volvería y que me mataría, profirió amenazas, lloró como un niño y comprendí que nunca podría casarme con él porque con tanta prisa y tanta ansia no le concedía tiempo al amor para convertirse en algo verdadero y noble como cuentan las leyendas."
Me llamo Rojo. Orhan Pamuk
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