Ayer te llamé por teléfono, aunque había dicho que no iba a hacerlo, iba a dejar que pasara entre nosotros lo que vos hicieras que pasara, aunque no había tenido ganas en todo este tiempo de llamarte.
Te llamé para contarte que volvió Rafa y decirte que estoy enojada con vos porque me debés torta y canción de feliz cumpleaños y regalo. Casi me arrepiento de hablarte con tanta alegría cuando empezaste con lo de "vos ya tenés al otro" y "yo no voy donde hay otro". Pero me sigue gustando contarte las maldades que me hace la gente mala y que vos me aconsejes cómo evitarla, pero me sigue gustando que te acuerdes lo que te dije la última vez que hablamos aunque no llegue a entender por qué no me llamás vos para preguntarme.
Me perdono.
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