(Sigo encontrando anotaciones que no están pero están en mi cabeza. Menos mal que el papel (y la pantalla) me liberan un poco de a ratos). Dice en mi programa de las Jornadas:
Las campanas repican su teocentrismo machacoso. Y nadie registra ni siquiera ese sonido del paisaje.
El repique de las campanas es igual de natural (escuchalo mucho, poquito o nada, dale significado místico o no) que el canto de los pájaros.
Hago pucheros cuando aluden a la Gitanilla y cuando Santa Teresa se autodefine como mestiza y marrana en una novela de Dujovne Ortiz.
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