"El feminismo respeta a John Stuart Mill especialmente por su libro La sujeción de la mujer (publicado en 1869) y también por su trabajo político como diputado en la Cámara de los comunes (el Parlamento inglés). Mill no consiguió ninguna de sus iniciativas, tuvo que soportar la sorna de sus compañeros diputados e incluso en el periódico Times se escribió con ironía que Mill intentaba realizar "una granreforma social" mediante el cambio de una simple palabra cuando éste pretendió cambiar "hombre" por "persona" en la reforma electoral que se discutía en ese momento. (...)
Mill señala que el caso de la mujeres es diferente al de cualquier otra clase sometida, lo que hace muy difícil una rebelión colectiva de éstas contra los varones. La peculiaridad, según Mill, consiste en que sus amos no quieren sólo sus servicios o su obediencia, quieren además sus sentimientos: "no una esclava forzada, sino voluntaria". Para lograr este objetivo han encaminado toda la fuerza de la educación a esclavizar su espíritu:
"Así, todas las mujeres son educadas desde su niñez en la creencia de que el ideal de su caracter es absolutamente opuesto al del hombre: se les enseña a no tener iniciativa y a no conducirse según su voluntad consciente, sino a someterse y a consentir en la voluntad de los demás. Todos los principios del buen comportamiento les dicen que el deber de la mujer es vivir para los demás; y el sentimentalismo corriente, que su naturaleza así lo requiere: debe negarse por completo a sí misma y no vivir más que para sus afectos". (De Miguel, Ana. Desconstruyendo la ideología patriarcal)
Varela, Nuria. Feminismo para principiantes. Ed B. Barcelona. 2005
1 comentario:
Y como cuesta luchar contra esa educación. Que arraigada esta.
Y aunque no paresca, el uso de dos o tres palabritas tontas son las que hacen diferencia.
Omarcito
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