"¿Qué querés?", me dice metido en mi cuello.
"Que me quieras", le digo sin mirarlo.
"Ahora...", me retruca rencoroso, burlón.
Y no le digo que siempre quise que me quiera, incluso en estos 10 años, incluso cuando lo odiaba, incluso cuando le tenía miedo, yo quería que me quisiera, que reconociera algo de lo que he hecho toda mi vida por nosotros, que viniera a decirme "gracias por ser como sos", "qué bueno haberte conocido", "qué orgulloso estoy de nuestros hijos e hija".
Menos mal que no me puse teórica. Porque todo esto que esperé tanto por fin está llegando y creo que, justo en ese momento, metido en mi cuello, era él, ahora, el que sólo hablaba de coger, je.
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