cálida con la que puede acercarse a la niña. La inocente no sabe que cada vez que huye del Lobo, se acerca más al verdadero peligro. El instinto de la niña le dicta no alejarse del Lobo, pero nunca se ha inclinado mucho a escucharlo, lo más que su inconsciente puede lograr es hacer que se vista de rojo y salga sola de noche al bosque, aún sabiendo que un Lobo Feroz ronda por su camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario