Jajaja. Yo creí que Julián, que no vive en casa, que no lo vio quedarse a dormir con mamita, que habla tan poco, que no pregunta intimidades para no contar las suyas, había entendido cómo venía la mano con su papá cuando le dije que lo estaba viendo y estábamos "reamiguitos". Pero llega Gustavo en Nochebuena y, tímido delante de su hijo, me da un beso en la mejilla, yo le digo: Vení acá, dame un beso bien y cuando él se va para la cocina, Ju me dice: ¿¿¿¿Qué le tirás onda a papi???? y yo, agrandada, que no se crea que soy yo la desesperada: Yo no le tiro onda, hace dos meses que me está haciendo el novio.
Qué difícil es comunicarse con los hijos.
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