jueves, 9 de octubre de 2014

Ayer por la mañana salí a pasear por Bucaramanga


Dice en feis Bruno Di Benedetto
2 horas · Editado · 
Ayer por la mañana salí a pasear por Bucaramanga. Y a las tres cuadras me perdí. Parado en una esquina, estuve un buen ratito (ratico) mostrando mi papelito (papelico) en donde me habían anotado la dirección adonde debía volver. Notable y simpático esfuerzo de la ciudadanía bucaramanguense por explicarme las clarísimas diferencias entre una calle, una carrera, una transversal, una avenida y una diagonal: ni modo.
Así que nada: seguí caminando a la deriva, alejándome de mi destino, medio  como flotando entre vapores y rastros de lluvia nocturna y el omnipresente (a esa hora) aroma de las arepas (fritas, riquísimas).
Aquí los taxis son amarillos, y la mayoría son unos Hiunday parecidos a bichos bolitas, pero de velocidad tropical. Casi te hacen sentir que hasta morir atropellado tiene su costado alegre.
Caminé cuadras y cuadras, mostrando mi papelito (papelico) a cuanta persona se me cruzó. No entendía ni jota de las explicaciones, pero qué manera de disfrutar de tanta paciencia y amabilidad. Y encima con ese acento delicioso.
Al final, el que supo darme la indicación precisa, mediante una sabia combinación de frases cortas y gestos inconfundibles, fue un barrendero, hombre curtido y de urbanidad impecable.
Perderse es la mejor manera de conocer una ciudad.

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...