Morí por la belleza
Emily Dickinson (1830-1886)
Morí por la Belleza, pero apenas
mi cuarto se transformó en Tumba,
uno que murió por la Verdad yacía
en un cuarto contiguo,
Me interrogó en voz baja por qué morí.
-Por la Belleza -repliqué-
-Y yo -por la Verdad, las dos son una,
somos Hermanos -dijo-
Y así, como Parientes reunidos en la Noche,
Hablamos de un cuarto a otro,
hasta que el Musgo alcanzó nuestros labios,
y cubrió con olvido nuestros nombres.
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