miércoles, 22 de octubre de 2014

Mi cuarto se transformó en tumba

Morí por la belleza

Emily Dickinson (1830-1886)



Morí por la Belleza, pero apenas
mi cuarto se transformó en Tumba,
uno que murió por la Verdad yacía
en un cuarto contiguo,
Me interrogó en voz baja por qué morí.
-Por la Belleza -repliqué-
-Y yo -por la Verdad, las dos son una,
somos Hermanos -dijo-
Y así, como Parientes reunidos en la Noche,
Hablamos de un cuarto a otro,
hasta que el Musgo alcanzó nuestros labios,
y cubrió con olvido nuestros nombres.

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...