Después del día de ayer, en medio de la internación de mi viejo y de haber soportado el maltrato de la clínica cuando, a un día de ser operado y por no haber lugar en terapia intensiva, LO BAJARON A GUARDIA, no estaba segura de poder ir a la salida que teníamos programa con Media 5.
Pero respiré hondo y fui: al hogar, a ver a los viejitos y viejitas con los pibes y pibas. Me alegraron la mañana, me aflojaron la angustia.
Justo me senté al lado de Hella: licenciada en Letras por la UBA con especialización en Cervantes y hablando de pueblos originarios en la Patagonia.
Después, en la puesta en común de las actividades de los tres grupos en que nos dividimos apareció Estela, médica, pero con 8 años de Alliance francaise (escribiendo sola en la foto), comentando un poema de Paul Eluard. Me acerqué y me dijo que no tenía con quién hablar francés. Le conté de mi viejo y le dije que cuando me anime, cuando esté más fuerte y la voz no se me quiebre a las tres palabras, iba a ir a visitarla de nuevo.
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