sábado, 19 de julio de 2014

Mandatos policiales

Uno de los días en que estaba refalopeado y recién saliendo del coma, mi viejo me contó que en la cama de enfrente a la suya, la 704, había muerto un hombre. Un hombre que le faltaba una pierna, o las dos, me dijo. Me dijo que él descubrió que el hombre murió por una falla en la presión, un error de la clínica en la presión de los aparatos. Me encargó que averiguara. Que le anotara en un papel todo lo que averiguara. Y el nombre de todos los médicos. En una lista. En un papelito.

Y a mí que los policiales no me gustan...

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...