Me reprocho los miedos y angustias inmotivados. Y eso me da más angustia, y miedo, y culpa.
Así que vengo a decir que hoy, ahora, estoy contenta de estar acá, escribiendo, poniéndole los botones al saquito que acabo de terminarme, ovillando hilo para algunas cositas para el Encuentro Regional del 9, terminando bibliografía de ponencia del año pasado que va a actas, durmiendo la siesta porque martes salí para flamenco a las 7.15 am, mandándole a Magda frases para el día del maestro y a Ju para retirarme un libro en caba, escuchando a Rafa y sus cuentos sobre perros que ya salieron a la vereda, ya entraron y están acá alrededor mío con su poder de tranquilización para sujetes que han maternado toda su vida y ahora están como bola sin manija. Las gatas bien, una en mi almohada y la otra arriba de una madeja.
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