Desde chica me decía que en casa no había "nada" para leer porque todo lo mío era muy flashero. Y mamita tenía que apretar la nariz e irle a comprar Chubasco y otros realismos a la moda. Hasta se enojó cuando terminó El abanico de seda porque le encantó la historia pero al final la narradora confesaba que no le había sucedido "en realidad a ella".
Ayer le muestro mis ediciones hermosas de Venteveo, le cuento lo que es el afrofuturismo y cómo me deslumbra y me dice: "No sé qué me puede aportar a mi vida". Me dejó muda, estuve floja, era el momento para exigirle que me explicara qué le aporta el realismo y la literatura en general.
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