Estoy harta de les xadres y docentes que festejan las "ocurrencias" de la bendi cuando se trata de rèplicas desubicadas, violentas y poco amorosas hacia otras personas. Basta de festejar el desprecio, el dar vuelta la cara, el capricho, el individualismo del pichón de tirano como si fueran muestras de independencia, caracter y personalidad.
Adultes postdictaduras que crían geniecilles del mal porque sienten culpa de su autoridad o su adultez. La criatura les sale retobada y perdida como hacienda baguala.
Lo que hace una generación se mal llamaba "respeto por sus mayores" hoy se desprecia como autoritarismo y represión. Nadie se acuerda que el respeto, justificado y conciente, merecido y elegido, es una forma del amor. Y habemos algunes que nos lo merecemos a pesar, e incluso, gracias a ser unes viejes del siglo pasado.
Metanse lo milenial bien en el ojete. (Les milenial y sobre todo ses adultes acomplejades por ser premilenials)
La buena onda, ya soy repetitiva, también puede metérsela en el toor. Y la comprensión y la tolerancia y la inclusión y la empatía cuando son palabritas de mierda que pintan de rosa su olor a caca.
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