Todes tienen en casa sus tachos libres de comida y agua en lugares estratégicos: Mientras la gata sale corriendo por la ventana luego de haberse trepado mal a la heladera y de un manotazo revoleado su balanceado por toda cocina, mis dos perritos-amor me dicen: "Mami, ni te preocupes con la escoba, nosotros te dejamos todo limpito a fuerza de lengua". Y se divierten, sin pelearse ni amontonarse, como danzando, comiéndose hasta los que cayeron detrás del barril o de los cajones.
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