Cuando me emociono estética y vitalmente por de más, todavía, todavía, todavía y sólo a veces, me da por comunicárselo a mi ex. Lo de compartir dejémoslo de lado porque ni yo me lo creo, pero me da por buscarlo para que me mire o me aplauda o algo por ahí.
Resulta que justo que yo estoy en uno de esos momentos epifánicos, él me dice que encontró trabajo nuevo, que empezó ayer, de seguridad. Yo, pelotuda, le pregunto si está contento. Me hace toda la sanata del muy cansado y que es de noche y que no pagan mucho y que es lo único que salió y blablabla. Le pregunto de seguridad dónde. "En una casa", me dice el idiota (después me quiere aclarar que yo no lo dejé terminar la frase) pero mentira: le repeti asombrada: ¿En una casa? ¿Seguridad en una casa? Y él me confirmó "Sí, una casa" Pero su voz de pelotudo, su cara de pelotudo que yo veo aunque sea por teléfono, su vida de pelotudo me hizo exclamar: "Una casa de putas será!". "¿Cómo sabés?", me pregunta el muy idiota. ¿Y cómo voy a saber, pelotudo? La pregunta es cómo hago para NO saber, para olvidarme de todas sus cagadas aunque sea por un momento. Si es tan tan tan occcccccccvio.
Lo deliro un rato pero con onda. No le digo pelotudo ni idiota en ningún momento, le recuerdo que yo sé que ya trabajó en un lugar así hace dos años y lo que le pasó por meterse con una de esas minas y que "Todo bien, a ver si te levantan el ánimo y yo ligo algo" o "Ahora que me vas a mantener con la guita de las putas."
Al rato me acuerdo de que él no es el demonio, que las minas son laburadoras, que es un trabajo como cualquiera, que el pobre no tiene dónde caerse muerto y es mucha maldad de mi parte ironizar sobre si encontró o no con este laburo el sentido de su vida. Me siento estafada por él y me siento una mierda por tratarlo así. Trato de decidir si se lo merece o no. Mi única conclusión es que YO NO me lo merezco. ¿A que nadie lleva la cuenta de todas las veces que llegué a esta misma conclusión?
Fin de la reflexión, la duda y la entrada en este blog.
No hay comentarios:
Publicar un comentario