viernes, 9 de diciembre de 2016

Daniel Gigena recomienda

Por Daniel Gigena

Cinco libros escritos por poetas argentinas contemporáneas, entre los que se incluye una novela y un texto que combina la biografía de una época con la fantasía poética, son buenas opciones para regalar (y regalarse) en las Fiestas. Libros editados en el país, en sellos que recién comienzan y en otros de amplia trayectoria, definen instancias en el recorrido personal de cada una de las escritoras elegidas: puede ser el libro ganador de una convocatoria de alcance nacional como la novela con presuntas claves, más estéticas que autobiográficas, de una cantante, actriz y poeta; la sorpresa narrativa de una poeta mayúscula de la literatura local o un poemario regido por los vientos publicado después de diecisiete años de silencio.

La maestra de canto, de Silvia Arazi (Letras del Sur). No es un libro de poemas sino la primera novela de una poeta, cantante y actriz. La maestra de canto fue editada en los años noventa; ahora regresa en el sello que dirige Nora Galia, con palabras de presentación de Ángel Faretta: “Sí que ha sido logrado magistralmente en cuanto a escritura, tono, gradiente y aquí, más que nunca, voz, eso que se llama estilo y que Silvia Arazi en su novela nos prodiga más que generosamente”. Dice Arazi: “La maestra de canto es una novela teñida por mi propia experiencia en el mundo de la ópera. Como las personas, los libros tienen un destino que muchas veces nos sorprende. Esta novela nació de una charla con el editor Luis Chitarroni,  quien me animó a escribirla y luego la editó en Sudamericana. Al poco tiempo se tradujo al alemán y al holandés y en el año 2013 se levó al cine con Elena Roger como protagonista. Ahora, después de 17 años, se reedita por Letras del Sur y lo disfruto más que la primavera vez. Si bien no es una novela autobiográfica, al releerla me sorprende descubrirme en la voz de todos los personajes, en todas las páginas y en todas las palabras”. Esa voz cuenta con un caudal de refinamiento y perspicacia.

El cuaderno de música, de María del Carmen Colombo (Cienvolando). En una casa con goteras y muebles deslucidos, aparece un piano, “un lujo triste”, como observa la narradora de El cuaderno de música. Magdalena usa la música para acercarse al oído los sonidos del mundo que no entiende. Empieza como un juego, sigue como obligación y finalmente se convierte en una necesidad que no puede detenerse. Con prólogo del poeta Eduardo Mileo, el libro está dividido en tres partes. “Primeras notas, primeros acordes”, “Pequeño concierto” y “La primavera”. En la segunda sección, cada fragmento lleva el título de una las famosas piezas musicales que se enseñaban por medio de los cuadernos Istonio. La madre de Magdalena cuida del piano, pero nunca la escucha tocar. Mientras, sus compañeros la invitan a una reunión de militantes para que con la música tape los ruidos. Colombo confirma que para escribir una obra maestra no hacen falta cientos de páginas. El libro de la autora de Blues del amasijo y La familia china fue publicado por el sello que coordina la poeta Mónica Sifrim.

Ahora, de Griselda García (Ediciones del Dock). Poeta, editora, activa agente cultural, Griselda García escribe poemas que integran, junto con los de otras poetas (como Beatriz Vignoli o, antes en el tiempo, como Susana Thénon), una tradición vital y disruptiva de la poesía argentina. Su escritura no es remilgada; García echa mano del objetivismo, el lirismo, la narración, las bromas y las acotaciones propias de un drama teatral, para que, como señala Gustavo Yuste, “pueda desplazarse con su velocidad prepotente”. En “A la manera de un poeta de los 90” asoma, además de las evocaciones literarias, la risa loca que la poesía de García puede provocar: “Nunca podré pedir leche de tigre/ en un restaurante sin sonreír./ Es de familia: mi madre, mi hermana y yo,/ tres camioneras, una grosería tras otra/ chistes de mal gusto, recuerdos del almacén/ de cuando esparcimos a papá en el río”.

El cajón de las manzanas podridas, de Paula Irupé Salmoiraghi (Baltasara). Es el segundo libro de poemas de Paula Irupé Salmoiraghi, que resultó ganador de la convocatoria 2016 del sello rosarino Baltasara. ”En la poesía de Paula Irupé Salmoiraghi no hay lugar para conveniencias ni reparos, cada palabra (buena o mala) está obligada a entablar batalla, desafiante y certera, contra las feroces voces de los otros, siempre presentes”, escribe el poeta Pablo Serr. En la escritura de Salmoiraghi se demarcan, además, territorios inestables, híbridos, mediante un lenguaje  del que participan la observación sintética, la pasión contenida que de pronto “estalla” en la línea de un verso y la recuperación de registros populares y cultos. “Como si la tabla donde piso/ se apoyara en el agua/ y mi cuerpo fuera un caramelo/ que con la lengua/ llevás y traés”, escribe, en una suerte de cifra del procedimiento propio.

Rumbos del viento, de Nancy Montemurro (Ediciones del Dock). Hacía más de quince años que Nancy Montemurro no publicaba un libro de poemas. Integrante del sello cooperativo Nusud, la poeta y traductora nacida en Buenos Aires divide su nuevo trabajo en cuatro partes; cada una de ellas designa los puntos cardinales y, a su vez, un momento de la vida, una voz mecida y cauta, un universo definido por memorias, seres queridos y emociones, suaves como brisas algunas, otras turbulentas como tempestades. Sus poemas operan como metáforas y también como brújulas inspiradas en la experiencia que el trabajo de la escritura crea: “El miedo/ nos ha llevado/ a temblar/ como hojas en el viento/ Temblemos corazón/ hasta que nuestras corazas/ se derrumben”.



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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...