viernes, 16 de diciembre de 2016

Cuatro postales de La Habana. Capítulo 1: Vientos de cuaresma

La víctima es una profesora de secundario que se acuesta con el director y los alumnos. Uno la mata porque cree que, en bolas en su casa, tiene derecho a pedirle cualquier cosa y la honestidad de ella no le permite entregarle los resultados de los exámenes antes de tomarlos. Los alupnos nunca entienden nada.




El detective Conde iba para escritor y se metió a policía en La Habana. Solamente vuelve a escribir cuando se enamora. ¿No será mucha la carga de nostalgia?




Me encantó la pelirroja que no sabe cambiar la rueda de su cacharro clásico, toca el saxo en pelotas y usa tanga roja.




Los investigadores y policías dijeron como cuatro veces "vagina" sin tartamudear.




Las R cubanas son L directamente y la entonación de cada palabra te hace pensar en olas, en sexo, en calor, en hamacarte a la luz de la luna.

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...