Anoche cuando vi en el resumencito pedorro de Netflix la referencia al detective Conde, me dije: "Wuau, serie basada en las geniales novelas del cubano Padura por quien dejé de decir que no me gustan los policiales". Un poco ingenuos algunos diálogos y actuaciones y quizás muy básica la resolución de los casos pero estoy maravillada con lo visual, la música y los personajes entre sí. Muy geniales las imágenes de la ciudad y sus habitaciones, los planos aéreos de esos cuadraditos habitados que parecen cajas de ratas de laboratorio pero coloridas, las voces, los cuerpos mestizos y muy sexuados, la desilusión política mezclada con la amistad irrenunciable, los amores utópicos y la convicción que que hay cosas que no deben cambiar, núcleos de pasiones que aunque sea nostálgicamente está bueno sostener con todo el cuerpo.
Saqué fotos durante todo el primer capítulo, tal es mi deslumbramiento.
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