Soñé que yo llama a Gustavo (sí, de nuevo lo llamaba yo) y él me atendía (oh, qué gran cosa atenderme y no cortarme, qué amabilidad de su parte, qué evolución) y me decía desesperado por teléfono "No pueden abandonarme así!!". Y no sé cómo, en la conversación telefónica no había invitación ni pacto ni ninguna otra palabra, yo iba a su casa (sí, de nuevo yo iba a su casa) y e´l estaba sentado en unos banquitos que ya no están ahí pero que estaban hace años, cuando éramos novios, cuando estábamos casados. Él tenía el pelo completamente canoso y se tiraba sobre mí llorando, se abrazaba a mi cintura con una desesperación que jamás de los jamases le vi ni creo posible.
Eso es todo: lo recordé esta mañana, lo olvidé durante el día , me volvió ahora y lo volveré a olvidar.
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