El otro día, cuando me leyeron mi carta astral, dos características mías me hicieron pensar que hay dicho de mí cosas que yo repito pero no sé si son verdad. La primera: ¿sos ordenada? Yo suelo decir que no, porque desde mi madre a mi hija pasando por compañeras o similares, han destacado que soy despistada, desprolija, poco metódica y sin horarios. Pero, de repente, ordenada no significa ni fanática de la limpieza, ni obsesiva, ni racionalmente estructurada. Me doy cuenta que en mi casa y con mis cosas, escritos, libros, tejidos, agenda, ropa, tengo mi propio orden y no hay caos alrededor mío.
La segunda: ¿sos inquieta? La primera etiqueta de mi vida, dicen que el parto de mi madre fue larguísimo porque "YO", justo yo, no quería salir y estaba "chantada", fue "chanta culo". Decían mis viejos que yo siempre estaba sentada, que no me movía, no jugaba,no saltaba, ni lío hacía. Y toda la energía ariana que tengo niega esa quietud y de repente siento todo lo que fui guardando, acumulando, escondiendo, reprimiendo en mi infancia, porque era grande a los 11 meses al lado de mis hermanitos siempre bebés, porque siempre fui una señorita, porque tenía que dar el ejemplo. Me acuerdo hasta de ser conciente, tipo a los 9 años, de tenerle miedo a la plaza, de odiar lops toboganes y los subibajas porque me mareaban. Claro que estaba todo el tiempo leyendo desde muy chiquita, pero dice mi carta astral que yo no puedo quedarme quieta ni física ni emocional ni mentalmnente. Y mi pata enloquecida por trotar lo confirma.
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