sábado, 6 de diciembre de 2014

Nunca se quedó atrás nuestro pasado

VITRAL DEL PASADO



Nunca se quedó atrás nuestro pasado:
tenaz, entre intervalos de aparente olvido,
nos fue siguiendo los pasos, furtivo
como un ladrón detrás de los árboles.
Pasajero invisible en los viajes,
se embarcó con nosotros
en los trenes y aviones
que por deseo o fuga abordamos.
En los cuartos de los hoteles,
tras el azogue de los espejos
registró celestinamente
los cuerpos prohibidos que amamos.
A menudo, es cierto, perdió el sentido
(no las huellas) de nuestro tránsito,
pero siguió, indigente, recolectando
fragmentos de cuanto vivimos.
Sólo bastó que llovieran los años
y nos volviéramos lentos
para sentirlo sobre la espalda, con su talego
de calamidades y milagros.



EDUARDO MITRE
Imagen: Igor Morski



No hay comentarios:

Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...