viernes, 10 de octubre de 2014

Paula exterminaitor

Matar caracoles, qué trabajo sucio... pero necesario.


Odio el babosit. Debo ser medio babosa.


¿Por qué un bichito tan lindo metafóricamente hablando, tan bonito que queda en los dibujitos infantiles, es tan plaga plaga plaga y no puede dejar de comerse todas mis plantas?


Es necesario matar: caracoles de casita redonda, bebitos caracolitos, babositas pequeñas y grandes, asquerosos coprófagos repugnantes.


En el fondo son unos horribles comemierdas, ¿por qué debo luchar en su nombre contra mi conciencia?


Muera el caracol, vivan las lechugas.


Y los tomates quiero comérmelos yo, perdón caracolito en manada destructiva.


Es la cadena alimenticia, la lucha por la supervivencia (no digo la supervivencia del más apto porque si me pongo darwinista me odio mucho)


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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...