domingo, 12 de octubre de 2014
Ernesto Aguirre en Bella Vista
Hoy, ya saben, en el Ciclo de poesía La estación, caí con mis libritos jujeños. Una leería todo pero también es un embole que te lean todo seguido y no te caiga la ficha. Así que dije lo de la poesía bajo "la ley del cardón" y la poesía otra, la que no quiere ser para turistas deslumbrados.
Para representar al primer grupo leí dos poemas de Isabel Zelaya, de su libro Soy de Dios y de la Pacha, que tiene cardones y cedrón y mucho kollas pero es muy lindo también.
Para representar al segundo grupo, y ya las chicas lo venían pispeando en la mesa y me habían dicho que les guataba mucho, elegí al que primero de todos me deslumbró cuando lo escuché leer allá: Ernesto Aguirre. Abrí uno de los dos libros suyos que tengo y leí lo que cayó, sabiendo que todos son buenos y que yo misma iba a cansarme de mi voz antes de poder leer todo lo que me gusta.
Llego a casa con la autopromesa de tipear el libro de Aguirre, Sofía (in memoriam), tipeo un solo poemas para poner, ansiosa, en el evento. Media hora después Georgina me manda esta foto que le vi sacar en el bar pero no sabía de qué poema: el mismo: ante el apuro de elegir un solo poema, las dos elegimos éste:
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Lunes por la madrugada...
Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...
que sonríe cómplice de amor...
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