domingo, 24 de agosto de 2014

Una mujer en mi casa. Rusa. Torcaz. Exclamativa

SALPICA


Batania




Llevo seis días viviendo como una mosca llena de cebras furiosas.
Hay una mujer en mi casa.
Se pasea en cursiva del baño al dormitorio
y me va soltando toda su belleza de golpe.
Le digo que no salpique, pero no me hace caso.
A veces ríe, y llena el suelo de escarolas.
Una mujer en mi casa. Rusa. Torcaz. Exclamativa.
La conocí el domingo. Llegó a las diez de la noche
y a las once ya había ocupado todo mi cerebro.
Primero me alcanzó la mente y después me alcanzó
los labios.
Una mujer. Que no se vaya. No importa que salpique.
No puede irse.
Y yo que decía que el amor eran dos idiotas
mirando su reflejo idiota sobre una pompa de jabón idiota.
Y yo que decía que la felicidad no se puede sentir,
que solo se recuerda…

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...