Quiero ser "una autora imprescindible" (la depre me pone grandilocuente) ya que no puedo ser "una mujer imprescindible".
(Lo pienso, lo escribo en el feis para que todos me digan "sisi, vos podés" o quizás alguien muy compasivo, alguna amiga fiel, algún "ya lo sos". Es que acabo de leer una nota en Revista Ñ (no la posteo porque todavía no está en digital)sobre los Diarios de Abelardo Castillo titulada "Las entrelíneas de un autor imprescindible". Y pienso muchas cosas:
1. Que me gustaría comprar los DIarios pero cuestan 259 pesos y es un abuso.
2. Que me gustaría leerlos, ahora o cuando aparezcan en mesa de ofertas.
3. Que está bueno haber escrito tantas cuentos y obra interesante como para que tu diario sea interesante para alguien.
4. Que el fragmento que aparece en la nota es muy interesante y que Garcés tiene razón cuando dice que los Diarios valen como ficción completa.
5. Que me gustaría escribir tanto como para que las boludeces que escribo aquí y allá, en forma de diario o autoficción, fueran interesantes para alguien.
6. Que quizás algún día alguien me lea y algún crítico lindo como Garcés diga que soy (o fui, mejor, soy) "una autora imprescindible". Para lo cual necesita darle bola a mi escritura.
7. Que quizás nunca escriba nada y alguien lea esto y diga "mirá esta boluda que se la creía".
8. Que quizás sí escriba algo pero tan poco, estúpido y mediocre que nadie le dé bola (¿sabés que eso lo acabo de pensar, por falsa modestia, pero no se me había ocurrido cuando me levanté de la cama a escribir este post?)
:)
Así estamos: la depre luminosa, la tristeza creativa, el bajón pedorro: todo es posible.
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