Ciencia ficción colombiana: Una charla con Antonio Mora Velez
Publicado el 19. Febrero 2002
Mas de treinta años tras hombrecitos verdes
Una "charla" con Antonio Mora Velez
por Campo Ricardo Burgos López
Antonio Mora Vélez es –junto a René Rebetez- uno de los dos "papás" de la ciencia ficción en Colombia. Durante más de treinta años, Antonio se ha dedicado con un tesón encomiable a difundir en su país natal este género de los hombrecitos verdes con antenitas o las maquinitas del tiempo. Hoy en día, en su haber encontramos libros de cuentos, poemarios de ciencia ficción y ensayos.
Aquí transcribimos una conversación (via e-mail) que mantuvimos con él.
Si alguna vez se me pidiera definir a Antonio Mora Vélez en una sola palabra, la palabra que se me ocurriría emplear es la de "Valentía", por que en Colombia, un país al que en general la ciencia ficción y la literatura fantástica le importan una higa, hay que ser extraordinariamente valiente para sostenerse durante más de tres décadas andando, prácticamente solo, por semejante senda (alguna vez, refiriéndose a Mora Vélez, cierto escritor colombiano aludió a su terquedad, pero en este caso la terquedad también es un elogio). Nacido en 1942 y a punto de alcanzar sesenta años, Antonio Mora Vélez es –junto a René Rebetez- uno de los dos "papás" de la ciencia ficción en Colombia. Durante más de treinta años (si tenemos en cuenta que sus primeros relatos aparecen en periódicos de comienzos de los setenta), Antonio se ha dedicado con un tesón encomiable a difundir en su país natal este género de los hombrecitos verdes con antenitas o las maquinitas del tiempo. Hoy en día, en su haber encontramos libros de cuentos como Glitza, El Juicio de los Dioses o Lorna es una mujer, poemarios de ciencia ficción (variedad más bien escasa en el género) como Los Caminantes del Cielo y El Fuego de los Dioses, y ensayos como Ciencia Ficción: El Humanismo de Hoy. Pese a que en la actualidad el nombre de Antonio Mora Vélez aparece profusamente en gran variedad de historias de la literatura colombiana, antologías diversas y aún en enciclopedias mundiales de la ciencia ficción, lo cierto es que para el colombiano de a pie este barranquillero continúa siendo un desconocido. Seguramente sin que él mismo lo deseara, Antonio ha terminado constituyéndose en un autor "subterráneo" y "de culto" ("subterráneo" por que para nada podría encuadrárselo en la corriente principal de la literatura colombiana o latinoamericana, "de culto" por que sus seguidores –también sin desearlo y aun cuando a veces no comulguemos con algunos textos suyos- nos sentimos como unos "iniciados") . En fin. El hecho es que con suma amabilidad, Antonio acogió la entrevista que, vía e-mail, le solicitamos en nombre de Quinta Dimensión, y he aquí el resultado.
VIDA Y OBRA
QD. Antonio, háblenos un poco de su infancia y adolescencia ¿Fue allí que empezó a sentirse atraído por la ciencia ficción? ¿Cuáles fueron esas primeras lecturas?
AMV. Nací en Barranquilla el 14 de julio de 1942, pero a los pocos meses mi madre se trasladó a vivir a Cartagena, ciudad en la cual permanecí hasta la edad de 14 años. En 1956 mis padres se trasladaron a la ciudad de Montería, en donde terminé la secundaria y transcurrió mi adolescencia. En esta ciudad un profesor de apellido Rengifo, conocedor de mis aficiones por el cine y la literatura fantástica y los astros (los miraba desde un telescopio del colegio) me recomendó leer El Ramayana, ya que en ese libro había alusiones a seres fantásticos, que parecían extraterrestres. Por esa época vi también varios filmes fantásticos y de CF, entre los cuales recuerdo Forbidden planet , Frankenstein y El Monstruo de la laguna negra y leí las obras de Julio Verne (20.000 leguas de viaje submarino), de H.G. Wells (La máquina del tiempo y El hombre invisible) y muchos comics de Flash Gordon, Tarzán, (ciudades y civilizaciones perdidas) y Buck Rogers. En Cartagena, ciudad a la que regresé en 1966 para estudiar la carrera de Derecho, vi filmes como Viaje fantástico, Un millón de años A.C. y 2001 Odisea del espacio. Y leí varios libros de cuentos y novelas de CF rusa (Café molecular, Viaje por tres mundos, Cataclismo en Iris, La nebulosa de Andrómeda y Qué difícil es ser Dios, entre los que recuerdo), las Crónicas marcianas y Fahrenheit 451 de Bradbury, y las antologías y selecciones de Bruguera en las que conocí a los autores de la llamada edad de oro de la CF. Por esa época me desempeñaba como docente de filosofía en un colegio de secundaria de Cartagena y las lecturas, tanto filosóficas como científicas que hacía para preparar mis clases, más las de CF, me fueron abriendo las posibilidades y el panorama hacia la CF.
QD. ¿Cómo y dónde publicó su primer relato? ¿Qué circunstancias lo rodearon?
AMV. Mi primer relato titulado "El día en que los asnos acusaron a los hombres" fue publicado en un suplemento literario de Cartagena en 1969. Fue escrito para ridiculizar a un estudiante de mi curso y no aparece en ninguno de mis libros. El director del suplemento me dijo que tenía algunas fallas pero lo publicó para estimularme a que siguiera por ese camino ya que en Colombia casi nadie se ocupaba de ese género. Después envié al Magazín Dominical del diario El Espectador de Bogotá el cuento "La Gota" y su director lo publicó con una nota elogiosa, saludando la aparición de un nuevo escritor en un género casi desconocido en Colombia. Eso fue en agosto de 1970 y a "La Gota" le siguieron "El hijo de las estrellas", "Vuelo Fantástico", "La dictadura Hal", "Los otros", "Glitza", "La conquista de Terón" y "El hombre de lata" en el lapso de año y medio, lo que determinó al crítico Carlos J. María a escribir un artículo titulado "Un grupo se apodera del Magazín".
QD. En 1979 usted publica Glitza, que fue el primer libro de relatos que en la historia de la literatura colombiana se dedica por entero a la ciencia ficción (antes ya se habían publicado libros de cuentos de René Rebetez o Germán Espinosa, pero ellos mezclaban relatos de ciencia ficción junto a otros géneros). Háblenos un poco de esos 12 cuentos.
AMV. El libro Glitza recoge los cuentos publicados en El Espectador los años 70 y 71, excepto "El hombre de lata", que lo excluí no sé porqué, más otros como "El sueño de Kirot" que fue mencionado en un concurso y "Diez de plata". Fue mi lanzamiento como escritor del género en Colombia y por ese motivo tuvo una buena acogida de críticos y comentaristas como Jaime Mejía Duque, Isaías Peña Gutierrez, Jaime Sanín Echeverry, Néstor Madrid Malo, Germán Vargas y Carlos J. María, entre otros.
"Glitza"
fue ganador de un concurso nacional de cuento y tiene como tema la persistencia del amor no obstante los efectos de la teoría de la relatividad en los viajes al espacio. "Los otros" es un cuento sobre el encuentro con alienígenas que propone algo diferente, que tales seres resulten iguales a nosotros. "Vuelo fantástico" juega con la tesis de la transformación del electrón y el positrón en quantos de luz, extrapolada al macrocosmos. "La gota" especula con la posible procedencia extraterrestre de una gota (nave) encontrada en una hoja del jardín de un laboratorio y la naturaleza pacífica y amigable de sus navegantes. "El hijo de las estrelllas" es Ben Koseba, un esotérico personaje de los manuscritos del mar Muerto, contemporáneo de Jesús, visto desde el punto de vista de la CF. "603286" es un cuento de humor negro con el tema de la lotería y las facultades de pre-percepción de quien acierta sus números ganadores. "La conquista de Terón" es un cuento que imagina el nivel de la precocidad infantil en el futuro. "Audiencia en la quinta dimensión" trata de un juicio criminal en esa dimensión y de las implicaciones en el mismo de un habitante de la nuestra.
QD. ¿Qué opina de quienes hemos visto en Glitza una excesiva influencia de la ciencia ficción soviética bajo la época estalinista? ¿Por qué todo el libro está permeado por esa sobredosis de bondad, optimismo y ambientes celestiales? ( Y con ello no pretendo olvidar que en ese libro hay cuentos de un magnífico humor negro como "Diez de Plata").
AMV. En lo de "sobredosis de optimismo" puede que tenga razón, aunque en parte, porque no todos los ambientes de esos cuentos son celestiales ni todos los personajes son bondadosos. Por ejemplo en "El sueño de Kirot" al personaje le toca enfrentar la incomprensión y la tozudez de los hombres. "Diez de plata" es un cuento nada optimista respecto del futuro, en él, el aire se ha convertido en artículo comercial; "La dictadura Hal" propone un futuro terrible en el que las máquinas gobiernan a los hombres. Respecto de la influencia, debo aclararle que por esos años de mis primeros cuentos de CF ya el "estalinismo" era historia en la URSS. Y que la CF soviética que yo leí por esos años no era sumisa frente a la "Nomenklatura". A Iván Efremov, por ejemplo, se le criticó en los círculos oficiales soviéticos porque en su novela La Nebulosa de Andrómeda, que se desarrolla en una época muy futura, la sociedad ha olvidado los nombres y doctrinas de Marx, Lenin y Jruschov, y en cambio recuerda a los dioses griegos que simbolizan la justicia, el amor y la belleza, que son valores imperecederos. Qué difícil es ser Dios de los Hermanos Strugatsky fue considerada como una crítica al sistema cerrado y casi medieval del partido único y el Estado absolutista imperantes entonces en la extinta URSS. El optimismo de mis cuentos tiene su causa en el humanismo, tanto de los escritores de CF anglosajones como de los soviéticos, humanismo que ya en esa época se discutía como alternativa frente a la CF dura que maneja personajes que carecen de profundidad humana. Un humanismo que, como reclamaba Carlo Frabetti, el prologuista de las selecciones Bruguera, sea crítico frente a "las estructuras opresivas que convierten al hombre en un esclavo de un progreso que debería estar a su servicio".
QD. En 1982 se publica El Juicio de los Dioses. Háblenos un poco de los 8 cuentos que conforman ese texto.
AMV. Dos de los cuentos de ese libro llevan la intención de darle a la historia una interpretación diferente, fantástica, de CF ("La duda de un ángel" y "El juicio de los dioses") línea iniciada en el libro Glitza con el cuento "El hijo de las estrellas" y que continúo en el tercer libro y en los poemas míticos y apocalípticos. Otros manejan el humor como "El ser del seseo" y "El oasis de Palas". Y hay un cuento que me parece una joya en la línea distópica: "Error de apreciación", que supone la extinción de la civilización industrial y que fue ganador de un concurso nacional de cuento breve en el cual participaron casi setecientos cuentos y que ha sido antologado y publicado en el exterior varias veces.
QD. La misma pregunta que ya hice acerca de Glitza. ¿Qué opina de quienes hemos visto en El Juicio de los Dioses su libro más débil?
AMV. No creo que sea el más débil, aunque hay dos o tres cuentos que hoy no incluiría en una selección. Es un cambio de frente porque dejo a un lado el tema de los viajes espaciales y le bajo nivel al tono científico y empiezo a darle más juego a la trama humana de los personajes. Dos de esos cuentos "La duda de un ángel" y "Error de apreciación" han sido estimados como de los mejores cuentos que he escrito y por lo menos cinco de esos ocho cuentos yo los incluiría en una antología personal. Pienso que es un libro diferente al anterior pero no sé si inferior. En él se nota la influencia de las selecciones Bruguera que, como usted recuerda, eran temáticas: CF y humor, CF y alienígenas, bestiario de CF, CF y mitologías, CF y anticipación, CF y fantasía, etc.
QD. Y llegamos a 1986. Háblenos de Lorna es una Mujer.
AMV. Lorna es una mujer recibió una buena crítica. Fabio Jurado dijo que con él la CF colombiana alcanzaba un nivel de competencia encomiable. Y Jaime Mejía Duque dijo en el prólogo que tales cuentos merecían la difusión internacional. Es, pienso, mi mejor libro de cuentos y no por los comentarios sino porque lo creo mejor escrito y con menos desniveles. Si acaso excluiría dos cuentos de los nueve en mi antología personal pero no por razones literarias. Dos de sus cuentos están en la línea "distópica" o negra:" A imagen y semejanza", que es la historia de dos robots a la deriva por el cosmos recordando el pasado de La Tierra; "Los ejecutores", cuento que maneja el argumento de la corrección del tiempo. Tres en la línea crítico-histórica, de los cuales "Atlán y Erva", la primera pareja pero en la perspectiva de la CF, es mi preferido. Tres manejan el conflicto ciencia y desarrollo humano, que es uno de los más importantes de la CF. "La piedra de cuasioro", cuenta el descubrimiento de un cadete de una nave de recolección de escombros espaciales que pone en suspenso a todos los hombres de La Tierra. "Un largo sueño", historia de terror en el cosmos, y el que le da el título al libro, que es un poema de amor. Otro, "Encuentro inesperado" continúa la temática del encuentro de dos civilizaciones, pero con el ingrediente del humor. Es un libro de CF más literaria, más en la línea de la CF latinoamericana.
QD. Antonio, yo he sostenido que en su obra se encuentran en contienda dos tendencias. Por un lado un Mora Vélez que crea demasiadas "Disneylandias", y por otro, un Mora Vélez (que es el que a mí me gusta y que considero convincente) de línea negra, antiutópico, contramoderno y corrosivo ¿Cuál es su opinión al respecto?
AMV. El término "Disneylandia" me parece agresivo e injusto, no solo conmigo, sino con los muchos escritores que escriben ese tipo de CF. Si la CF es un género de libertad, ésta debe ser no sólo formal sino temática. Uno de los cuentos más hermosos que yo he leído de CF es de Ray Bradbury, se titula "El Cohete". Es un cuento, que, en su concepción, sería del tipo que usted califica de "Disney" pero que tiene una enseñanza en valores importante, y yo creo que la literatura debe contribuir a cimentar los valores humanos positivos en la juventud que lee. "La nebulosa de Andrómeda", una de las mejores novelas de la CF rusa y universal, también porque plantea un futuro en el cual el hombre trabaja por amor y no por necesidad. Yo creo que si el futuro es uno de los temas de la CF, éste debe ser abordado en todas sus formas. Además ¿ No cree usted que es suficiente con el horror de la vida contemporánea como para que la literatura de CF le muestre al hombre un futuro igual de sombrío, en lugar de un futuro mejor? ¿No surgió la CF, según Scholes y Rabkin, justamente el día en que al hombre se le hizo evidente que podía existir un futuro diferente? Yo me resisto a encasillarme en una de las dos grandes líneas de la CF y por eso escribo cuentos y poemas en ambas: en la utópica y en la distópica o antiutópica, como la llama usted.
QD. A partir de 1999, usted empieza a publicar lo que denomina "poemas de ciencia ficción", así aparecen los poemarios Los Caminantes del Cielo y luego, en el 2001, El fuego de los dioses. ¿Por qué ese tránsito? ¿Por qué ir desde una literatura que en Colombia es completamente subterránea (la narrativa de ciencia ficción) a otra literatura (la poesía de ciencia ficción) que en nuestro país (y en otros lados) es "el subterráneo del subterráneo" ?
AMV. Alguna vez la escritora cubana de CF Daína Chaviano me solicitó que le buscara poemas de CF en Colombia para hacer una antología latinoamericana y la búsqueda fue infructuosa. Desde entonces comencé a pensar en escribirlos yo, pero la fórmula la encontré leyendo algunas obras de divulgación científica escritas por científicos buenos escritores que recurren a palabras poéticas para explicar sus temas. Por ejemplo, decir "malla espumosa" para hablar del espacio. O "charm" (encanto) para calificar a uno de los quarks. Descubrí que algunas palabras científicas tienen una connotación poética. Y descubrí también que es más difícil, aunque más gratificante desde el punto de vista intelectual, escribir poesía de CF que "de la otra" porque los temas deben ser previamente investigados y las palabras rigurosamente escogidas para que tengan la doble connotación: poética y científica.
A la segunda parte de su pregunta le respondo que escribo lo que me gusta, me nace, y sé escribir sin pensar en la fama ni en el dinero.
QD. Alguna vez usted me contó que tenía un par de novelas guardadas en algún cajón del escritorio ¿Qué ocurrió con ellas?
AMV. Tengo dos novelas realistas publicables (La razón del fuego, que fue finalista con otro título en el concurso Plaza y Janés, y A la hora de las golondrinas) y un par de novelas de CF frustradas, que no he podido retomar por falta de tiempo. Lamentablemente, amigo Campo, no soy un escritor profesional, debo trabajar para sostener mi hogar y ayudar a mis hijos. Tengo también un libro inédito de cuentos de CF titulado La duda de un ángel y otro de literatura fantástica titulado El enigma de los monjes.
QD. ¿En qué se encuentra trabajando en este momento? ¿Tiene algún proyecto particular hacia el futuro?
AMV. Trabajo en lo que puede ser mi tercer poemario fantástico y de CF. Incluyo en él una línea vislumbrada en los dos poemarios anteriores, la esotérica, que yo enlazo con la CF para diferenciarla de su variante místico religiosa.
QD. Por último, y para cerrar esta parte ¿Qué es lo más extraño que alguna vez le hayan dicho o haya oído acerca de sus libros?
AMV. Alguien me preguntó alguna vez si yo usaba sustancias alucinógenas para inspirarme. Otro, que si yo estaba seguro de ser yo y no un extraterrestre metido en mi cuerpo.
CIENCIA FICCION EN COLOMBIA Y LATINOAMERICA
QD. En 1997, junto a René Rebetez y William Ospina, usted fue jurado del único concurso de cuentos de ciencia ficción que se ha hecho en toda la historia de Colombia (Paradójicamente se llamaba "Primer Concurso de Cuento de Ciencia Ficción", y los aficionados al género nos quedamos esperando un "Segundo Concurso" que no llegó y que dudo que llegue). Cuéntenos acerca de esa experiencia.
AMV. Para mí fue una experiencia fascinante porque descubrí que en Colombia hay muchos y buenos escritores de CF que aún permanecen inéditos por falta de editores que crean en el talento colombiano. Si existieran posibilidades de publicación muchos de esos narradores estarían figurando en las librerías colombianas y del exterior, y con comentarios favorables, pero acá es bien difícil editar porque existe el prejuicio de que en Colombia la gente no lee y menos CF y porque se cree que nosotros no tenemos el nivel de la CF internacional.
QD. Como efecto del citado concurso, en 1998 se editó el libro Cuentos de Ciencia Ficción que compendiaba tres de los cuentos finalistas, más tres cuentos que merecieron mención ¿Cuál es su opinión sobre ese libro?
AMV. Es un buen libro, bien escrito y con temas que son parte de las inquietudes de siempre del género. "La máquina de las artes combinatorias", cuento de Marco T. Aguilera Garramuño que ocupó el segundo lugar, trata de la destrucción de La Tierra por la contaminación, vista desde el taller del autor de la máquina, un ser fantástico que juega con el azar para darle sentido a las cosas del cosmos. "El pintor de milagros" de Mario Alberto Price, el cuento ganador, utiliza para explicar una alucinante experiencia pictórica y amorosa la tesis científica de la comunicación de las diferentes dimensiones a través de "los pasadizos que atraviesan la estructura del espacio-tiempo". Son dos de los seis cuentos del libro y en mi opinión, una excelente muestra que resiste el análisis crítico más exigente.
QD. En el año 2000, de manera póstuma (por que su compilador, René Rebetez, murió en Diciembre de 1999) se publica Contemporáneos del Porvenir, hasta ahora la única antología que se ha hecho sobre relatos de ciencia ficción colombianos. A muchos, ese texto les pareció divertidísimo; a otros, en cambio, muy desigual ¿Qué opinión le merece ese libro?
AMV. Es un libro hecho por el buen amigo René Rebetez (q.e.p.d.) desde su perspectiva de comprensión de la CF, algo más permisible que la mía. En él incluyó algunos cuentos que, en mi opinión, nada tienen que ver con el género. Rebetez tomó como base de esa antología los cuentos que a él le gustaron del concurso en el que fuimos jurados y otros de amigos suyos, estos últimos con el argumento de que, por tratarse de escritores conocidos de la corriente principal, le elevarían el nivel al libro con su figuración.. Muchos cuentos del concurso que, en mi opinión, debieron figurar, no aparecen allí, porque a René no le gustaron. Y figuran varios que, en mi opinión, no tienen nada que hacer en una antología del género.
QD. En Colombia la ciencia ficción (y en general la literatura fantástica) no le importa a nadie (salvo algunos Quijotes como usted). Se tiene la impresión de que a la ciencia ficción colombiana nadie la conoce por que nadie la edita, pero nadie la edita por que nadie la conoce ¿Cómo romper ese círculo vicioso? Es más -como me sugería alguien hace poco- ¿Vale la pena romper ese círculo vicioso?
AMV. Lo primero es consecuencia de la creencia de que la CF es un género menor, de literatura de bolsillo para entretener, como las novelitas de vaqueros de Estefanía, y porque no se tiene confianza en la calidad de los escritores colombianos del género. En cuanto al círculo vicioso, creo que se rompe escribiendo y publicando ediciones impresas de autor o patrocinadas por instituciones culturales, o en revistas electrónicas del mundo y participando en concursos y en eventos literarios. Y sí creo que vale la pena porque Colombia es un país que no sueña y un país que no sueña está condenado a vivir este presente de miedo que vivimos. Y la CF es un género ideal para estimular el sueño y la imaginación respecto del futuro humano, y es el único que lo puede hacer.
QD. ¿Qué ha leído de autores latinoamericanos de ciencia ficción? ¿Cómo le parecen?
AMV. Poco. He leído la antología de Bernard Goorden y algunos libros de los argentinos Angélica Gorodischer y Eduardo Carletti, y de los cubanos Chely Lima, Alberto Serret y Angel Arango. Y cuentos sueltos de otros autores que no enumero para evitar algunas omisiones. A la que más he leído es a Daína Chaviano, cubana residenciada en Miami. De ella conozco Amoroso Planeta (cuentos) Historia de hadas para adultos (noveletas) y Fábulas de una abuela extraterrestre (novela). Su obra me gusta, es interesante porque incluye en sus textos de CF, relatos míticos de las culturas precolombinas y universales. Y porque es crítica del entorno, incluso del cubano, durante el tiempo que vivió en su país. Sobre ella escribí un ensayo y recientemente un artículo comentando su novela realista La hembra, el hombre y el hambre. También he leído otros relatos de autores que publican en "Quintadimensiòn" y "Axxon" pero pocos porque no puedo mantener la vista mucho tiempo en la pantalla. En general creo que la CF latinoamericana es más literaria, menos ajustada al rigor científico, más fantasiosa, en la línea de la llamada CF "suave" o "blanda", lo que es apenas explicable en sociedades como las nuestras que han dado origen al realismo mágico y a lo real maravilloso.
CIENCIA FICCION EN GENERAL
QD. Antonio, háblenos un poco de sus libros favoritos de ciencia ficción y díganos por qué razón son sus favoritos.
AMV. La máquina del tiempo de Wells y 20.000 leguas de viaje submarino de Verne, porque me abrieron los ojos a ese mundo maravilloso de la fantaciencia. Cántico a San Leibowitz de Walter M. Miller Jr. por ese optimismo que hace que una civilización post atómica retome las migajas que quedan de la ciencia antigua para empezar de nuevo. La nebulosa de Andrómeda de Iván Efremov, por su contagioso optimismo sobre el futuro moral del hombre. El fin de la eternidad de Isaac Asimov, porque sin ser la mejor obra de este autor, narra la historia de una rebeldía inspirada por el amor, que conduce al "fin de la eternidad", esto es, al fin del dominio extratemporal de los "eternos" y a la manipulación por parte de éstos del porvenir humano. Y Fahrenheit 451 de Bradbury porque nos pone a pensar en ese futuro totalitario que le espera a la humanidad si el hombre no lo evita con la fuerza del humanismo. Sobre esta obra escribí un ensayo titulado "Fahrenheit 451: la novela de la libertad". En materia de cuentos, mi favorito es "La última pregunta" también de Asimov, que es el intento más fantástico de explicar racionalmente a Dios que yo conozca y sobre el cual escribí un ensayo que titulé "La entropía y el hombre".
QD. La misma pregunta anterior pero para el cine ¿Cuáles son sus películas favoritas del género? ¿Por qué?
AMV. La saga del Planeta de los simios basada en la novela de Pierre Boulle, porque nos muestra el origen terrenal de las religiones y a lo que puede conducir la ciencia cuando se desliga de la ética; Viaje fantástico, filme cuyo guión lo escribió Asimov, por la gran imaginación del autor y el estímulo a la ciencia en la búsqueda de soluciones para vencer las enfermedades. La guerra de las galaxias, por los efectos especiales y por el cuento de "La fuerza", que evoca la tesis de que nuestro cerebro es apenas utilizado por los seres humanos en un 10% de su capacidad. 2.001 Odisea del Espacio, basada en la obra de Arthur C. Clarke, porque previene sobre los imponderables de la conquista del espacio y al mismo tiempo porque sostiene la tesis de que no estamos solos en el cosmos. Y Contacto (basada en la obra homónima de Carl Sagan) porque nos enseña que entre el hecho científico que no puede ser demostrado y la religión, hay un punto de contacto: la fe. Aparte de que convence que no es imposible, incluso con los recursos científicos y tecnológicos actuales, llegar a conocer el pensamiento de otros mundos.
QD. A alguien que como usted lleva tantos años trajinando el género, se le puede hacer esta pregunta ¿Qué recomendaciones le haría a los pichones de escritor? ¿Qué debe hacer y qué no debe hacer alguien que apenas se está iniciando en este asunto?
AMV. Leer ciencia ficción, especialmente la escrita por los clásicos y por los buenos autores de los últimos años como Michael Marshall Smith y Orson Scott Card pero con el criterio de aprender cómo lo hacen, tratando de descubrir sus recursos, sus técnicas; leer divulgación científica según el tema para sostener científicamente la obra, y autores importantes de la corriente principal para aprender a escribir bien. Lo otro es escribir, porque a escribir se aprende escribiendo, y participar en concursos, en grupos de amigos de la CF, editar revistas para popularizar el género. Si hay talento e imaginación, éstos se encargan del resto.
EPILOGO
QD. Un ejercicio que me gusta proponer. En 1985, como epílogo a su libro Los Conjurados, Borges -con su proverbial sentido del humor- inserta una nota donde una enciclopedia del futuro habla de quién fue Jorge Luis Borges (esa nota, dice por ejemplo, que "El renombre de que Borges gozó durante su vida... no deja de asombrarnos ahora" y que Borges siempre "temió que lo declararan un impostor o un chapucero"). Imaginemos que una enciclopedia del siglo XXII está hablando de quién fue Antonio Mora Vélez ¿Cómo cree que lo recordará? ¿Qué cree que dirá de usted?
AMV. Enciclopedia Universal de la Literatura. Tomo 8. Página 987. "Glitza", relato del siglo XX escrito en español antiguo y encontrado en la "caja de seguridad" de una joven bióloga colombiana de apellido Pérez. No se ha establecido la existencia histórica de Antonio Mora Vélez, su presunto autor. Se cree que es el nombre del novio, un astronauta, quien le envió el cuento días antes de su último viaje al espacio, con una nota que decía: "Viajo a Marte pensando en ti y en Glitza. Con todo mi amor…" y una firma ilegible. Otros investigadores sostienen que el cuento fue escrito por uno de los heterónimos de Fernando Pessoa, un poeta lusitano nacido a finales del siglo XIX.
Bogotá y Sincelejo, Febrero de 2002
Tomado de http://www.quintadimension.com/node/190
No hay comentarios:
Publicar un comentario