Crítica y Teoría | Publicado el 04 de agosto de 2014 a las 21:44 hs.
Desplegadas las fuerzas del viento
"Escrito en el viento". Lecturas sobre Sara Gallardo,
es una compilación que da claves de lectura mezclando
estudios críticos de los más denotados investigadores y
finos lectores con exorcismos privados de Paula Bertúa y
Lucía De Leone
es una compilación que da claves de lectura mezclando
estudios críticos de los más denotados investigadores y
finos lectores con exorcismos privados de Paula Bertúa y
Lucía De Leone
Por Mercedes Araujo
Sobre Bertúa, Paula y De Leone, Lucía, Escrito en el viento. Lecturas sobre Sara Gallardo
(Bs. As, Facultad de Filosofía y Letras UBA, 2013)
(Bs. As, Facultad de Filosofía y Letras UBA, 2013)
Sara Gallardo despierta pasiones o despierta en las pasiones de quienes la leen
hoy mejor que nunca.Escrito en el viento. Lecturas sobre Sara Gallardo nace como un
homenaje público convocado en 2008 por un grupo de investigadoras del Instituto
Interdisciplinario de Estudios de Género de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA
al cumplirse 20 años de su muerte y varios años después (2013) se edita. Este libro
compilado por Paula Bertúa y Lucía De Leone provoca, en su audaz mixtura, la recuperación
de un tiempo inexplicablemente disuelto en el que la obra de Gallardo durmió una larga siesta
de lectores y se suma a su revalorización y puesta en circulación aportando las más
alertas y agudas lecturas sin que se prescinda en la tarea de la sorpresa fascinada, el secreto
revelado ni la admiración contundente ante una obra que encuentra en la pluma, en el
pensamiento y la boca de estos audaces lectores, críticos y escritores el conjuro a la
amnesia. En este libro Gallardo es leída en soledad y también en conjunto a la manera
de un prisma que deja al descubierto lo que es, una verdadera joya de la literatura argentina,
un diamante con una capacidad formidable para dispersar la luz que la ilumina.
hoy mejor que nunca.Escrito en el viento. Lecturas sobre Sara Gallardo nace como un
homenaje público convocado en 2008 por un grupo de investigadoras del Instituto
Interdisciplinario de Estudios de Género de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA
al cumplirse 20 años de su muerte y varios años después (2013) se edita. Este libro
compilado por Paula Bertúa y Lucía De Leone provoca, en su audaz mixtura, la recuperación
de un tiempo inexplicablemente disuelto en el que la obra de Gallardo durmió una larga siesta
de lectores y se suma a su revalorización y puesta en circulación aportando las más
alertas y agudas lecturas sin que se prescinda en la tarea de la sorpresa fascinada, el secreto
revelado ni la admiración contundente ante una obra que encuentra en la pluma, en el
pensamiento y la boca de estos audaces lectores, críticos y escritores el conjuro a la
amnesia. En este libro Gallardo es leída en soledad y también en conjunto a la manera
de un prisma que deja al descubierto lo que es, una verdadera joya de la literatura argentina,
un diamante con una capacidad formidable para dispersar la luz que la ilumina.
Escrito en el viento es una compilación que da claves de lectura mezclando estudios
críticos de los más denotados investigadores y finos lectores con exorcismos privados,
anotaciones en y sobre los procedimientos gallardianos hechos por escritoras que leen
con cuaderno al lado y lápiz en mano y remembranzas íntimas de dos de sus hijos y una
amiga, dando por resultado una invocación cuajada de revelaciones sobre ese corpus
tan orgánico como móvil, liberado de prejuicios, errante y al mismo tiempo de intersecciones
que Sara nos dejó. En el libro se lee la obra pero también a Gallardo autora, en esa
ausencia/presencia que todo escritor instaura en sus textos y encontramos a una escritora
que, tal como nos cuentan de primera mano sus hijos, vivió su escritura sin vanidades pero
con urgencia vital y la vida sin utilidades pero con urgencia estética y espiritual.
Esas urgencias se trashuman en nosotros sus lectores en una, la de leerla sin sustento
ni clausura, como por primera vez y no en soledad sino en banda, en tertulia, porque
así es más fácil traspasar sentidos e incrementar el arco de colores que noble y elegantemente
el diamante dispersa. Escrito en el viento echa luz, despeja, desbroza zonas de su escritura,
desarma lecturas rápidas y prejuiciosas, esas que alguna vez cerraron la obra de Gallardo o
el lugar de su obra en el sistema literario con sus jerarquías y ausencias. Entre los
tópicos más reconocibles de su escritura es posible ubicar al campo y al paisaje y dentro
de estos las tramas sociales, pasionales, de dominación y poder que la autora conoce de
primera mano y es curioso que estos mismos tópicos hayan sido en algunos casos mal
entendidos por quienes eligieron leer en Gallardo una literatura hecha en el interior de
una tradición, la de los terratenientes o una literatura campera ligada a un tradición
cuestionada y arrumbada, malentendido que fue quizás el origen de la siesta amnésica.
Pero Sara Gallardo no sólo fue una autora dueña de un sentido del humor y una ironía
inmensos sino que se revela como una gran estratega, es decir, sin renunciar ni a la belleza
ni a la tragedia, se para en el prejuicio, en el anclaje que la subordina y desde ahí mismo
toma el impulso para pegar el salto que subvierte. En este sentido, toda su producción
literaria -novelas, cuentos, relatos infantiles, columnas periodísticas–la desclasan
desde adentro, diferenciándola del resto de las autoras contemporáneas
conocidas como las bestselleristas Marta Lynch, Beatriz Guido y Silvina Bullrich
que pueden ser nombradas juntas y confrontadas a Gallardo, más allá de las
diferencias que sus obras presentan, en virtud de la clave del éxito que estas por
igual parecen conocer y compartir. ¿Cuál sería la clave? La llaneza entre el proyecto
y el resultado, la efectividad de la propuesta. Gallardo sin embargo no solo desarma el
proyecto una y otra vez, cambiando el registro, el género y la voz, sino que el
resultado está lleno de huidas, un proyecto que tanto busca construirse un lugar
como escritora, dudando incluso de la estrategia de escribir como una mujer, como
correrse siempre del que se le ofrece. Despreciar al patrón (ya sea el canon y sus
mandatos o el patrón que uno mismo lleva adentro) por lo policial de sus ideas.
Entre todas las iluminaciones que el libro irradia y que son tantas que lo vuelven
imprescindible para cualquier lector de Sara, solo destacaremos unas pocas aquí para
señalar la fuerza en tensión de los opuestos que es una de las formidables cualidades
de Gallardo, por ejemplo su nombre completo Sara Gallardo Drago Mitre ha sido citado
una y otra vez como evidencia ineludible de que ser nieta de Miguel Cané y de Ángel
Gallardo, bisnieta de Bartolomé Mitre e hija de Guillermo Gallardo son en sí mismas más
que circunstancias de un linaje,coordenadas ineludibles, simbólicas y materiales, y sin
duda que lo habrán sido para la autora, pero no ya para heredar o convertir la propia
vida o la obra literaria en un asunto de familia, sino para escabullirse o fugarse adentro.
Así Paula, su hija, nos cuenta que su madre no solo prefería lo bello a lo útil, lo que nos
remite a un gesto claramente aristocrático, sino que también se desvelaba por sus
aspiraciones pequeño burguesas de “ser independiente, trabajar y sobre todo no
alquilar y ponerse por más pequeño que fuera, un techo sobre su cabeza”. Es en
ese pasaje que se enarbola la resistencia, entre el aferrarse al pequeño techo y la errancia
del viaje como alteración de la vida segura, entre la transgresión que se consuma no en gesto
sino en la construcción briosa de una obra literaria colmada de osadía en el desaire del mandato,
entre la humorada por la cual belleza, elegancia y origen se aceptan a veces a las carcajadas y
otras de manera melancólica y desencantada, es en ese entre que Sara Gallardo es capaz
de escribir literatura infantil, ser una cronista mimada que ejerce “una poética del macaneo y
despliega un talante burlesco como quien no sabe nada de nada y desde ahí opina sobre todo”
y escribir entre otras obras el Eisejuaz, esa“experiencia”, alcanzando en su máximo esplendor
el ideal de belleza en convulsión.
críticos de los más denotados investigadores y finos lectores con exorcismos privados,
anotaciones en y sobre los procedimientos gallardianos hechos por escritoras que leen
con cuaderno al lado y lápiz en mano y remembranzas íntimas de dos de sus hijos y una
amiga, dando por resultado una invocación cuajada de revelaciones sobre ese corpus
tan orgánico como móvil, liberado de prejuicios, errante y al mismo tiempo de intersecciones
que Sara nos dejó. En el libro se lee la obra pero también a Gallardo autora, en esa
ausencia/presencia que todo escritor instaura en sus textos y encontramos a una escritora
que, tal como nos cuentan de primera mano sus hijos, vivió su escritura sin vanidades pero
con urgencia vital y la vida sin utilidades pero con urgencia estética y espiritual.
Esas urgencias se trashuman en nosotros sus lectores en una, la de leerla sin sustento
ni clausura, como por primera vez y no en soledad sino en banda, en tertulia, porque
así es más fácil traspasar sentidos e incrementar el arco de colores que noble y elegantemente
el diamante dispersa. Escrito en el viento echa luz, despeja, desbroza zonas de su escritura,
desarma lecturas rápidas y prejuiciosas, esas que alguna vez cerraron la obra de Gallardo o
el lugar de su obra en el sistema literario con sus jerarquías y ausencias. Entre los
tópicos más reconocibles de su escritura es posible ubicar al campo y al paisaje y dentro
de estos las tramas sociales, pasionales, de dominación y poder que la autora conoce de
primera mano y es curioso que estos mismos tópicos hayan sido en algunos casos mal
entendidos por quienes eligieron leer en Gallardo una literatura hecha en el interior de
una tradición, la de los terratenientes o una literatura campera ligada a un tradición
cuestionada y arrumbada, malentendido que fue quizás el origen de la siesta amnésica.
Pero Sara Gallardo no sólo fue una autora dueña de un sentido del humor y una ironía
inmensos sino que se revela como una gran estratega, es decir, sin renunciar ni a la belleza
ni a la tragedia, se para en el prejuicio, en el anclaje que la subordina y desde ahí mismo
toma el impulso para pegar el salto que subvierte. En este sentido, toda su producción
literaria -novelas, cuentos, relatos infantiles, columnas periodísticas–la desclasan
desde adentro, diferenciándola del resto de las autoras contemporáneas
conocidas como las bestselleristas Marta Lynch, Beatriz Guido y Silvina Bullrich
que pueden ser nombradas juntas y confrontadas a Gallardo, más allá de las
diferencias que sus obras presentan, en virtud de la clave del éxito que estas por
igual parecen conocer y compartir. ¿Cuál sería la clave? La llaneza entre el proyecto
y el resultado, la efectividad de la propuesta. Gallardo sin embargo no solo desarma el
proyecto una y otra vez, cambiando el registro, el género y la voz, sino que el
resultado está lleno de huidas, un proyecto que tanto busca construirse un lugar
como escritora, dudando incluso de la estrategia de escribir como una mujer, como
correrse siempre del que se le ofrece. Despreciar al patrón (ya sea el canon y sus
mandatos o el patrón que uno mismo lleva adentro) por lo policial de sus ideas.
Entre todas las iluminaciones que el libro irradia y que son tantas que lo vuelven
imprescindible para cualquier lector de Sara, solo destacaremos unas pocas aquí para
señalar la fuerza en tensión de los opuestos que es una de las formidables cualidades
de Gallardo, por ejemplo su nombre completo Sara Gallardo Drago Mitre ha sido citado
una y otra vez como evidencia ineludible de que ser nieta de Miguel Cané y de Ángel
Gallardo, bisnieta de Bartolomé Mitre e hija de Guillermo Gallardo son en sí mismas más
que circunstancias de un linaje,coordenadas ineludibles, simbólicas y materiales, y sin
duda que lo habrán sido para la autora, pero no ya para heredar o convertir la propia
vida o la obra literaria en un asunto de familia, sino para escabullirse o fugarse adentro.
Así Paula, su hija, nos cuenta que su madre no solo prefería lo bello a lo útil, lo que nos
remite a un gesto claramente aristocrático, sino que también se desvelaba por sus
aspiraciones pequeño burguesas de “ser independiente, trabajar y sobre todo no
alquilar y ponerse por más pequeño que fuera, un techo sobre su cabeza”. Es en
ese pasaje que se enarbola la resistencia, entre el aferrarse al pequeño techo y la errancia
del viaje como alteración de la vida segura, entre la transgresión que se consuma no en gesto
sino en la construcción briosa de una obra literaria colmada de osadía en el desaire del mandato,
entre la humorada por la cual belleza, elegancia y origen se aceptan a veces a las carcajadas y
otras de manera melancólica y desencantada, es en ese entre que Sara Gallardo es capaz
de escribir literatura infantil, ser una cronista mimada que ejerce “una poética del macaneo y
despliega un talante burlesco como quien no sabe nada de nada y desde ahí opina sobre todo”
y escribir entre otras obras el Eisejuaz, esa“experiencia”, alcanzando en su máximo esplendor
el ideal de belleza en convulsión.
Escrito en el viento. Lecturas sobre Sara Gallardo alumbra una obra que persiguió y alcanzó
la posibilidad de dotar de belleza a la escritura como un principio de construcción poética
y una autora que se llamó a sí misma, Sara Gallardo, ese bicho, como lo que también es, una joya.
la posibilidad de dotar de belleza a la escritura como un principio de construcción poética
y una autora que se llamó a sí misma, Sara Gallardo, ese bicho, como lo que también es, una joya.
Sobre Mercedes Araujo
Mercedes Araujo nació en Mendoza. Publicó los libros Ásperos esmeros (Ed. Del Copista), Duelo (Ed. En Danza),
Viajar sola (Ed. Abeja Reina), La isla (Ed. Bajo la luna) y La hija de la Cabra (Ed. Bajo la Luna).
Viajar sola (Ed. Abeja Reina), La isla (Ed. Bajo la luna) y La hija de la Cabra (Ed. Bajo la Luna).
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