"-Los niños normales tenían un amigo invisible. Yo tenía tres docenas. Tenía que apuntarme sus nombres para no olvidarme.- Nueva pausa. Mira a su madre a los ojos-. ¿Recuerdas aquel relato con el que gané el Primer Premio Infantil Interescolar del Districto de Tokio-Yokohama en mil novecientos setento y ocho? ¿Aquel sobre una mujer que nunca iba a su casa porque creía que la casa emitía radiaciones letales por culpa de una fisura tectónica? Pues bueno. -Se encoge de hombros-. Estaba inspirado en ti."
Javier Calvo. En El dios reflectante.
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